Para entender la energía de esta Luna llena en Acuario, y hemos
tenido eclipse total, es importante comprender el ciclo completo, iniciado en
este caso el día de Luna nueva el 13 de julio. Recordamos que por los aspectos que se formaban entre planetas,
sintonizando con estas energías activas, tenemos por delante un ciclo para aprovechar. Tenemos la activación de los signos de
Agua y de los signos de Fuego, se formaban dos triángulos azules, dos grandes
trígonos, aspectos armónicos, lo que nos requiere estar, nos invita a alcanzar un estado de
tranquilidad interior, reconociendo que todo es mente. No digo que fuera fácil,
que sea fácil, porque el trabajo con las emociones es un desafío para nosotros
humanos en esta experiencia actual en la Tierra, y, por supuesto, una
OPORTUNIDAD.
Fotografía de Gianni Careddu |
Como nos recordaba Thich Nhat Hanh, “No puedes ser feliz si pierdes la unión con tus raíces.”
(Enseñanzas sobre el amor). Ese contacto en trígono en signos de Tierra formado
por Urano, Saturno y Venus nos remitía a esta reflexión desde el Novilunio en Cáncer. Aún en los momentos de felicidad del cuerpo o de la
mente a través de los sentidos hemos de mantener la moderación, la sobriedad, el equilibrio, la presencia, aceptando las manifestaciones en el cuerpo ante la contemplación
de la belleza de la Tierra, por ejemplo, esos espacios nuevos a los que podemos
viajar y que aportarán mediante la visión que nos dan nuestros ojos salud para nuestros cuerpos energéticos si en la serenidad permitimos que actúe en
nuestras células. Puede estar lejos esa belleza, o puede estar siempre cerca, son los espacios naturales cerca de los cuales vivimos habitualmente.
¿Queremos conectar con esta belleza? Antes de la Luna llena
tuvimos, según el Calendario maya, el día 25 –“día sin tiempo”- el sello de la
Estrella, y empezamos el nuevo año maya de Luna Transcendente el día 26,
jueves, y justo el viernes es la Luna llena. Hemos de querer sintonizar con
aquello que puede aportarnos bienestar, y nos vincula con el poder de vivir
estando bien. La Luna nueva tenía una conexión en tensión con Plutón, una
oposición Cáncer-Capricornio, ese seguir aprendiendo a manejar la dualidad en
la que evolucionamos y encontrar y mantenernos en nuestro centro, sabiendo
trascender. Esta es la propuesta del nuevo ciclo del Año Maya cuyo camino
estamos iniciando. El próximo sábado, 4 de agosto, hemos organizado un Taller a este respecto.
La Luna llena nos invita a afrontar los desafíos, no sólo
los externos, sino los nuestros propios, los más importantes son los internos, desde la fuerza de Leo,
vinculado al corazón, pasión, deseo que en Acuario podemos convertir en experiencia transpersonal. Para saborear esta vida que es un éxtasis cuando estamos conectados
a nuestras raíces, volvemos a Cáncer, signo de la Luna nueva pasada y hasta el
11 de agosto.
Fotografía de Gianni Careddu |
Para ello necesitamos conectar con la capacidad de aceptar
lo nuevo, hacer cosas nuevas, pequeñas o grandes, atrevernos con lo
desconocido y acercarnos o dejarnos acercar por personas desconocidas; ir a
lugares donde no hayamos estado, en nuestro entorno inmediato; volver
a los que estuvimos y encontrar algo diferente; aceptar los imprevistos,
caminar a veces por ciertos límites en relación a las costumbres y hábitos que
tenemos, y confiar en la inspiración, en la intuición de la Sabiduría Universal
que nos guía. Comenté para la Luna nueva la importancia de Mercurio (desde el
día 26 de este mes está retrógrado), volvemos al “todo es mente”. Lo hemos
notado en algunas comunicaciones y servicios su cambio de dirección, y cómo
hemos de pensar entonces qué hacer si no es como me esperaba, esto importa.
También en contacto (quincuncio) con Plutón, como Urano nos puede llevar a los extremos, a comportarnos de manera extrema, a dejarnos llevar por personas extremas, nos aporta intensidad. Así que a través de la mente
superamos temores, miedos, incluso cansancios porque en el otro polo estará el descanso, una experiencia totalmente renovadora. Y estamos atentos a cómo puede haber manipulación en
nuestro entorno, las noticias fantásticas, lo que se cuenta apelando a la
respuesta emotiva, estemos atentos a lo que se cuenta y cómo se cuenta: si acaso
nos quedamos confusos, bloqueados, apocados, con ansiedad, con dudas. Qué sensación nos deja una lectura, un
audio, un contacto personal. Ahora cuenta que para la mente sea inspirador y
para el corazón estimulante. Y lo mismo para aquello que salga de nosotros
hacia las personas que encontramos. Son días intensos que podemos aprovechar para mejorarnos y mejorar nuestras circunstancias, las que creamos poco a poco o de repente.
También es un tiempo adecuado para darte cuenta de aquellos miedos que has superado a lo largo de las últimas semanas, meses o años. ¡Felicítate por ello! ¡Bravo! Tal vez ya disfrutas volando o navegando, tal vez te atreves a decir más veces "no", tal vez no te sientes culpable de muchas cosas que antes cargabas a tu espalda, tal vez no te importa ya tanto estar sola o solo.
La Luna llena nos ofrecía un contacto de Marte interesante
ya que se encontraba al lado de Lilith, de la Luna y ésta del Nodo Sur,
quedando el Sol al otro lado en contacto con el Nodo Norte, y todo conectado
con Urano en Tauro. El otro aspecto tenso estaba entre Venus y Neptuno, dos
planetas vinculados a la energía de amar, una al amor más sensual, terrenal,
mundano, pasajero, aunque sin olvidar que también son nuestros valores, y la otra al amor
trascendente, al amor unidad, al amor sublime.
Si nos centramos tanto en Marte, ya que parece que ha llamado
la atención, tanto como en Urano, nos encontramos con dos energías que tienden
a ponernos en acción. Gracias a la primera, más vinculada a los primeros chakras, en concreto al 2 y 3, podemos movernos, afirmarnos, comportarnos con valor, coraje, independencia, emprender, iniciar, desarrollar asertividad, aunque podemos caer en comportamientos egoístas. Y la segunda nos permite actuar y con rapidez, dirigiéndonos
hacia la novedad, la reforma, el cambio, los valores humanitarios; Urano tiene vínculo con los chakras 6 y 7. Ambas energías planetarias tienen en común que buscan la libertad, alcanzar y expresar libertad, independencia; pero tienen su aspecto negativo, extremo, una manifestación en la que no hay orden, según
la utilicemos. Un exceso de Marte nos lleva a acciones destructivas, para
nosotros o los demás, si voy demasiado rápido tengo más riesgos de quemarme si manipulo fuego, de cortarme si manipulo objetos cortantes, de caerme si corro. Y un exceso de Urano nos inclina a comportarnos de manera compulsiva, descontrolada, al final desagradable para nosotros y para aquellos que nos tratan. Aquí ya entramos
en perder el contacto con nuestras raíces, no estar centrados. Creo que no
quieres que te manipulen, es tiempo de aportar al inconsciente colectivo
pensamientos de alta vibración, obras que inspiren, nuestras vivencias
contribuyen tanto como nuestro pensar. Estamos contribuyendo de manera creativa a la gran obra de la humanidad en su proceso de "ascensión", así participamos activamente poniendo cada uno sus colores particulares.
Volvemos a que es esencial la toma de poder de uno mismo en
cada momento. Qué vamos a hacer en cada momento determina bastante nuestro “después”.
Como se dijo en el libro de Isaías (44), para esta Luna
llena nos viene bien recordarlo:
“No temas, derramaré agua sobre el suelo sediento, raudales
sobre la tierra seca. Derramaré mi Espíritu sobre tu linaje, mi bendición sobre
cuanto de ti nazca. Crecerán como en medio de hierbas, como álamos junto a
corrientes de aguas."
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