“Y dijo el mago desde su carro resplandeciente:
Y esa realidad que
ensueñas ya está aquí. Cruza ya el umbral”.
Para ir entrando en la energía de este plenilunio, veamos
primeramente algunos datos técnicos.
Luna Nueva del 11 de agosto: luminarias en el signo de Leo en quincuncio con Plutón, Luna Llena 26 de agosto: Luna
sextil Plutón-sextil Urano.
Sol forma Gran Trígono en Tierra, con Saturno en Capricornio
y Urano en Tauro. Este Gran Trígono integra la figura de aspectos que se crea,
una Cometa, en la cual tenemos al Sol en la base, ahora ya situado en
Virgo, ascendiendo hacia Piscis, donde está la Luna, posición de ápex.
Y ahora corresponde encontrar algunas las claves de ese
movimiento para ir preparando próximas meditaciones, encuentros, sanaciones,
talleres en torno a la Luna Llena del día 26 de agosto.
Volvemos a encontrar a Plutón
como denominador común en ambas fases del ciclo lunar. Si partimos del
simbolismo del Sol, sabemos que estamos haciendo un trabajo intenso para
favorecer en nosotros el desarrollo del valor, del coraje, de la fuerza, desde
una base de auto estima, desde la confianza en nuestros dones y recursos. Y
Plutón nos vuelve a indicar que para ello, es necesario potenciar el auto
conocimiento, saber qué deseo y vivirlo. Por supuesto, aquí se puede presentar
un bloqueo, un freno, los miedos, y al otro lado de los mismos está la energía
del amor, que nos insufla FE, CONFIANZA. En la Luna Nueva enviaba su influjo
(aspecto de cuadratura), ahora sigue en cuadratura, pero con Mercurio, ya
Directo en Leo, que rige en el plenilunio al Sol. Y Júpiter es corregente de
Piscis además, y está en trígono con Neptuno, regente de Piscis. Y está en
sextil con Plutón, vuelve a insuflar su energía al participar indirectamente en
la Cometa.
Saturno está en esta figura y en su diálogo con el Sol le
hace consciente de temores, de límites mentales, de situaciones reales que
ahora aprecia la conciencia al estar inmerso en el samsara. Pero también está
Urano (representando las posibilidades de liberación del Samsara) y su poder creativo para construir nueva realidad desde el chakra 7.
Vamos entonces a hacer este trabajo de alineación de chakras para revisar dónde
hay bloqueos y a liberar y sanar, con diferentes técnicas. Desde el contacto con
la realidad que nos rodea, la que hemos creado en esta vida y en otras, desde
el contacto con lo físico, ascendemos hacia el Espíritu, desde la conexión con
la Luz interior, con la chispa divina que nos habita, de la fantasía de
separación que tenemos al vivir esta realidad, volvemos a la unidad, a la magia
de la fuerza del Amor, donde todo es posible porque ya no hay conflicto, no hay
dualidad. Y lo hacemos aceptando en nosotros al arquetipo de la Madre, porque
la Luna está en la cima, lo hacemos reconociendo a nuestro niño interior y su
inocencia, sabemos que la Madre nos nutre (también Virgo como arquetipo
refuerza este trabajo), que siempre está la fuerza de la Tierra Madre y del
Padre Sol, y ascendemos por la escalera como en el sueño de Jacob, con nuestros sentimientos y
emociones y su poder energético en esta vivencia en la dimensión actual de la
Tierra. En el sueño de Jacob (Génesis 28:11-19) había
expansión, abundancia, plenitud, y nos habla de un nuevo comienzo justo allí donde estuvo emplazada
la ciudad de la Luz.
Y recordamos, Plutón nos devuelve al trabajo del punto de
partida, Plutón nos quiere conectar con nuestra esencia, quién soy yo, es el camino a la Luz y para permanecer en la Luz. Por lo
cual, ahora no es tanto mirar alrededor y juzgar, criticar, hablar de lo que
hacen los demás, o no hacen, o cómo lo hacen o deberían hacerlo. Es un momento
de poder vivir desde la libertad que construye y que colabora en un mundo
nuevo, y la imprescindible responsabilidad de quien ha asumido mirar para ello
mirar dentro y reconocerse, un paso más. Este es el trabajo principal de la
Luna Llena para poder seguir avanzando en este ciclo lunar. Traer el Cielo a la
Tierra, seguir conectados al cuerpo físico, sin olvidar que somos seres
trascendente creando una realidad trascendente, y el impulso es desde el niño
interior y su gran capacidad de adaptación, no hay límites, estamos en comunión
y cada sustancia tiene su espacio propio a la vez que participa en el espacio
de otros cuerpos de luz, en fraternidad interestalar, donde hay para uno mismo
y para los demás comprensión, aceptación, perdón, amor incondicional,
renovación.
Lo viejo, el pasado, la experiencia de Tierra me sirve en
armonía perfecta para conectarme con el futuro, con la novedad, con lo
desconocido, y podré hacer cosas prácticas, y podré mejorar la relación con el
propio cuerpo, reconciliándome y sanando la relación con la madre física.
Este Plenilunio reivindica el poder de lo femenino en
armonía con el poder masculino, un encuentro poderoso en el interior para
volver a vivir desde el sentir, la sensibilidad, la curiosidad de un nuevo
nacer como está simbolizado en el horizonte, es el poder del misticismo y del amor.
Crear realidad inspirado por tu fantasía e imaginación,
crear realidad desde tu interior donde has sabido crear un espacio de serenidad
y paz, para tu nueva vida y para la Nueva Tierra.
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