Quién no ha experimentado en
algún momento de su vida una época, o algún momento, de gran angustia en el que
uno se siente desbordado, con ansiedad y sumido en un mar de tristeza. El ser
tiene la sensación de no poder más a no ser que el Corazón recobre su fuerza y
acuda al rescate. El ser interno sabe que sólo el Corazón tiene la Fuerza para
devolvernos el equilibrio.
Como no hay plegaria sin
respuesta, siempre oídos angelicales y dispuestos a ayudarnos están abiertos a
nuestras peticiones, llega la barca que nos transporta hasta la orilla.
Si permanecemos receptivos y conscientes
de tantos regalos y dones que nos ofrece la vida, si permanecemos abiertos a la
dulzura divina, alas de ángeles transforman nuestro espíritu para que podamos
recobrar liviandad.
Compartir con los seres queridos
momentos de paz, de sosiego, de conversación tranquila, salir a pasear juntos,
tomar algo juntos, abrazar y dejarnos querer, mimar y cuidar a los que sabemos
que nos quieren bien, tal como son, con sus recursos y sus medios, sin juzgar,
sin criticar, acogiendo, en comunión permite a nuestro corazón abrirse de nuevo
y empaparse de amor, de amor Divino, de amor humano, rebosando en amor nuestras
heridas se curan y somos transformados, toda energía queda transmutada y
atraemos “Vida”.
La copa de tristeza de nuestro
pulmón se va llenando de la energía del Amor y rebosa, desborda, no queda
resquicio de esas sensaciones ni de qué las provocaron. El corazón está alegre
y agradecido. La paz vuelve a nuestras mentes, la serenidad recobrada permite
al cuerpo sentirse de nuevo fuerte.
Permite a la Vida sorprenderte y
que tu vida en esos instantes mágicos, rebose de amor.
Breve ejercicio de Visualización - Relajación
“Hay un espacio en tu corazón
donde sentada en un trono se halla una bella flor, delicada, aromática. Cierra
los ojos y visualiza sus pétalos, cuéntalos, empápate de sus colores, de sus
formas. Entra dentro de la flor y fúndete con la savia que la alimenta, eres
esa savia, eres vida, eres color y forma, eres aroma, siente la fuerza de
creación. Respira esa fuerza creativa de la savia, inspírala. Visualiza como
entra en tus pulmones y los recarga con luz de arco iris. Visualiza como se
funde con tu corazón. Visualiza como desde el corazón en forma de rayos se
distribuye por todo tu cuerpo, hacia el abdomen, hacia las piernas, hacia los
brazos, hacia la cabeza. Respira en paz y en silencio….
Escucha a lo lejos el canto de
una fuente dorada, el sonido del agua acaricia tus oídos y se filtra en tu
cuerpo dulcemente derramando en todo tu cuerpo vida y fuerza.
Una voz te llama por tu nombre:
escucha como lo repita con suavidad una y otra vez. Es tu nombre, eres tu,
único. La Vida te llama por tu nombre y desde tu corazón respondes “gracias”.
Rebosando amor conectas con tu cuerpo de nuevo, siente tus pies, tus piernas,
tus caderas, tu vientre, tus brazos, tu cabeza, el latir de tu corazón. Inspira
y expira pausadamente, aquí y ahora, rebosando amor”. ¡Gracias!
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