Permitir
volvernos hacia dentro de nosotros mismos y explorar lo invisible es posible
gracias a la retrogradación de los planetas.
El astrólogo
francés Charles E. Vouga escribió dos libros y dió una serie de conferencias en
las que aportó interesantes reflexiones acerca de su visión y experiencia respecto
a los planetas retrógrados.
En este mes de
octubre Mercurio va a retrogradar, a 18º del sigo de Escorpio. Lo hará en
noviembre Júpiter a 20º de Cáncer. Sin embargo, en noviembre Neptuno se pone
directo a 2º de Piscis, y también lo hará Quirón a 9º de Piscis.
Consideremos estos
datos en lo concerniente a sus tránsitos por nuestra carta natal y por nuestra
carta progresada, sin olvidarnos de las personas que nacen con esta
peculiaridad en estos días a venir.
Quiero recopilar
aquí algunas de las enseñanzas de Charles E. Vouga recogidas en el libro Astrologie expérimentale. Miremos con
estos datos nuestras cartas natales, cómo están los planetas, directos o
retrógrados. Miremos las progresiones, cuándo un planeta retrógrado se volvió
directo, qué constatamos entonces en aquel momento y por aquellos meses, y en
adelante.
Observemos los
tránsitos a planetas que se pusieron retrógrados por progresión, qué ha
cambiado, cómo se expresa su energía, cómo la podemos llegar a utilizar o
parece que nos cuesta utilizarla.
Cómo se expresa
la energía de un planeta retrógrado en un aspecto y en una configuración
planetaria, en una figura de aspectos. Y todo esto en las consultas con las
personas que llegan hasta nosotros.
Una nueva
perspectiva se puede abrir ante nosotros.
Los planetas
retrógrados nos conducen muy lejos en el
dominio del inconsciente, de lo invisible. Lo que es consciente lo es por la
virtud de la horizontal, es el espacio, la horizontal es lo masculino, la
experiencia, el campo vital en el cual estamos encarnados. Nuestro compromiso y
acción en la materia, el campo de nuestras experiencias. La emergencia se
realiza en el punto de unión del lado masculino y del lado femenino
representado por la línea vertical, el tiempo. El hombre es a la vez tiempo y espacio.
Cuando un astro
retrograda suspende su acción sobre la horizontal y remonta en el tiempo,
remonta al inconsciente, mira arriba, de dónde ha venido, no se ocupa de la
vida encarnada, suspende su energía, hay algo bloqueado.
Para comprender
la vida, el movimiento de un planeta, hemos de imaginarle necesariamente en una
espiral. Espirales en las cuales giran en el sentido de las agujas del reloj o
en el sentido contrario a las agujas del reloj.
Cuando el astro
asciende retrógrado su espiral sigue al Sol en el sentido de las agujas de un
reloj. Cuando el astro está directo, el movimiento es en el sentido contrario a
las agujas de un reloj.
Cuando el astro retrograda hemos de sacar
provecho de todo aquello que nos aportó cuando su movimiento era directo.
Por otra parte,
tengamos en cuenta la naturaleza del planeta, si es masculino (Urano, Júpiter) o
femenino (Saturno, Neptuno), y si se encuentra en un signo masculino (Acuario) o
femenino (Piscis, Capricornio). Estas sutilezas pueden ayudar mucho en un
análisis profundo por circunstancias especiales a tener en cuenta y que se
quieran investigar en busca de claves definitivas.
Cuando el
planeta vierte está directo, cuando el planeta no vierte, está retrógrado,
recoge, recibe para después cuando vuelva a estar directo poder darnos. Es una corriente alternativa. Este es el latido perpetuo que expresa la carta
astral. Ocurre así igualmente en nuestra vida: aprendizaje, asimilación y
después podemos pasar a enseñar o a utilizar este aprendizaje. Recibir para
dar. Si no damos, no recibimos. Si nuestra copa está llena y no hemos
compartido, no recibiremos nada más.
Observemos
entonces en cada aspecto de la carta si uno de los planetas está en posición
retrógrado, observemos las progresiones para ver cuándo -si llega el caso- se
pone directo. Si en un aspecto un planeta está retrógrado se encuentra ocupado
en recibir de arriba, y el que está directo en dar lo que tiene. Cada uno tira
en una dirección. Este aspecto no tiene entonces toda su fuerza si los planetas
no están ambos directos.
La energía del
planeta retrógrado la tenemos, ya está adquirida, es como un crédito bloqueado.
Podremos servirnos de él cuando el planeta esté directo. Los tránsitos sobre
estos planetas retrógrados no tienen tanta fuerza.
Cuando un
planeta retrógrado por progresión se vuelve directo entonces su energía
bloqueada en las fuentes de nuestro ser desbordarán en ese momento. Y entonces
los tránsitos tendrán otra fuerza.
Observemos los
planetas que se vuelven retrógrados, son
energías que vuelven hacia experiencias pasadas para poder asimilarlas y
reconstituir un nuevo capital hasta que su giro sea directo.
Meditemos en
todo esto y trabajemos ahora con este material en nuestras cartas natales y en
nuestras progresiones. Merece la pena descubrir y concentrarnos en esos espacios invisibles en los cuales
podemos estar “sumergidos” sin tener apenas conciencia de ello. Es hora de
despertar un poquito más.
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