Activación del
sistema nervioso
“Fue una temporada de maravillosos sueños, en los que
incurrió tanto de día como de noche.”
Esta frase pertenece a la obra de Ross Lockridge: El árbol de la vida:
“Su fruto es el amor; su flor, la plenitud espiritual del
ser; bajo él todo es goce, y los caminos que hacia él llevan son caminos de
paz. La suerte, la dicha, la paralización de los sueños, el mismo secreto de la
vida entran en posesión de quien lo encuentra en el fluir de su existencia.”
Esta es la Carta Astral de Ross Lockridge:
Urano en la Casa X propone vivir según los propios sueños y
esta influencia se ve reforzada en el horóscopo de Ross Lockridge al estar en
contacto con Urano y con Neptuno tanto el Sol como la Luna, en
cuadratura; además del sextil de Urano y Mercurio
y el sextil de Venus con Neptuno, con este planeta también está Marte en
aspecto de conjunción. ¡Cómo no iba a anhelar su corazón, todo su ser, desde la
posición de su Sol y Luna en Tauro encontrar al Árbol de la Vida!.
Ross Lockridge falleció con sólo 34 años, pero nos ha legado
esta maravillosa novela de la que surgió una película de cine y una banda
sonora, ambas obras también inolvidables.
Cuando falleció, el 6 de marzo de 1948, su Sol progresaba
por el signo de Géminis, la Luna en el signo de Leo en conjunción con Neptuno, Venus –regente de su Sol y
Luna- por el signo de Cáncer.
Nos remontamos ocho años atrás, a marzo de 1940 cuando vivió
un tránsito de Saturno a su Sol
(fortaleza y constitución individual) y Luna (emociones, familia, lo femenino),
en conjunción, y ya estaba formando la cuadratura de Plutón con las luminarias. En 1945 Saturno vuelve a influenciarlas
pero en sextil, mientras que Neptuno empieza a formar una oposición con Mercurio. En 1946 Mercurio recibe
además cuadratura de Saturno, sextil de Urano y trígono de Plutón. En 1947 se
vuelve a formar cuadratura entre Saturno y las luminarias. Son tránsitos y
progresiones que requieren una preparación psico emocional adecuada porque
pueden afectar mucho a nivel metabólico, orgánico, físico. La Luna gobierna la
Casa III, pensamiento.
El aspecto de Urano a su Sol y Luna nos advierte de la
continua tensión nerviosa en la que vivía Ross Lockridge, máxime que Urano está
en su propio signo (y afectando a Júpiter, que gobierna el hígado), lo que
refuerza el aspecto de Marte (cuadratura Sol-Luna). Neptuno nunca nos hace
sentirnos seguros del todo, surgen muchas dudas e indecisiones, la personalidad
se adapta a los demás en numerosas ocasiones, se quiere agradar, contentar, se
sienten emociones de culpa y miedos. Aunque por otro lado, la inspiración y la
emoción nos llegan en grado superlativo. Un sistema nervioso hiper activado en
continuidad y un stress prolongado que afecta a las glándulas suprarrenales,
toda una serie de fluctuaciones de energía al alternarse la cortisona y la
adrenalina en cantidades extremas. ¿Cómo utilizar esta energía? Tenemos dos
maneras, o bien nos concentramos en una tarea, enfocamos intensamente, pudiendo
dejar de lado, desatendidos otros aspectos fundamentales de la vida, o bien
dispersando la energía en muchas actividades, que no se consigue salgan todas
bien. Como decía Jeff Green: “Ambas actitudes darán al individuo la sensación
de comportarse como un yo-yo, arriba-abajo sin parar.” Por supuesto, Ross
Lockridge empleó toda esta energía para la creatividad y escribir su gran
novela que nos llega hasta nuestros días, esperemos que generaciones futuras
también puedan deleitarse con ella. Desgraciadamente, a pesar de la
canalización de esta gran energía, ingenio, visiones a través de la escritura y
del estudio también le afectó mucho a su salud integral, habiendo una
predisposición genética se refuerza, y si en el aspecto energético se observa habría que haber ayudado; así, en su hexagrama natal de nacimiento aparece un déficit de energía Tierra lo que produce inseguridades y depresiones, tanto la Medicina Tradicional China como la Medicina Tibetana podrían haber aportado medios más que suficientes para regular el elemento Tierra y el Metal.
Deseo de corazón que su alma esté gozando alegre al pie de
ese Divino Árbol de la Vida.
De las almas creadas
supe escoger la mía.
Cuando parta el espíritu
y se apague la vida,
y sean Hoy y Ayer
como fuego y ceniza,
y acabe de la carne
la tragedia mezquina,
y hacia la Altura vuelvan
todos la frente viva,
y se rasgue la bruma…
yo diré: Ved la chispa y
el luminoso átomo
que preferí a la arcilla.
De Emily Dickinson, versión de Carlos López Narváez
De Emily Dickinson, versión de Carlos López Narváez
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