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18 abril 2013

HACIA UNA ASTROLOGÍA INICIÁTICA


Este artículo ha sido escrito por el astrólogo francés Samuel Djian-Gutenberg y lo traduzco sintiéndome identificada con el espíritu y los ideales que guían su trabajo y su vocación. Lo publico en mi blog con su autorización y mi gratitud, por supuesto. Es mi deseo difundir esta visión y posibilidades que ofrece la Astrología como herramienta de autoconocimiento y de evolución, por mi propia experiencia en mi recorrido a lo largo de estos últimos años en los que me he sumergido de lleno en su investigación y práctica.

Samuel Djian es conferenciante, profesor, consultor, traductor y escritor, difunde la Astrología Humanista Transpersonal según el espíritu de Dane Rudhyar, sin por ello renegar del aporte de otros astrólogos, como Charles Vouga y Germaine Holley, sobre todo. Es en este espíritu de evolución de consciencia que se dedica igualmente a integrar todo el aporte técnico de la Tradición.
Ofrece formación en el Centre de Recherches et d’Études Transpersonnelles que fundó en el año 1995.



"El simbolismo de la Astrología puede ser leído en diferentes niveles. En una sociedad en la cual los valores están dominados por un espíritu de conquista y de realizaciones materiales, la Astrología es utilizada en función de estos valores exteriores al individuo. De hecho, la lectura de una carta astral está manifiestamente más orientada hacia la búsqueda de sucesos en la vida, es decir, hacia la búsqueda de una expresión exterior y material de felicidad. La  Astrología es así la expresión de una especie de fatalismo: el hombre soporta aparentemente su vida y no tiene ningún control respecto a los acontecimientos que le ocurren; es, por decirlo así, el juguete de su destino. Esta visión de la Astrología, y por tanto de la vida, está marcada por una dicotomía, una dualidad que hace que tal suceso o tal aspecto en la carta astral sea más bien benéfico, mientras que otro sea más bien maléfico.

Esta manera de abordar la Astrología que ha predominado a lo largo de las últimas décadas, y que perdura todavía en la mente de un cierto número de astrólogos, ha sido cada vez más cuestionada con la aparición de una nueva consciencia, primicias de la Era en la cual nos preparamos a entrar. Esta Astrología no se interesa tanto por los hechos que le suceden al hombre como por el significado profundo que estos hechos pueden tener en el proceso global de la vida. Cada suceso se traduce en un “estado del alma” interior, ya sea vivido consciente u inconscientemente. Un hecho ya no es considerado como fenómeno independiente y separado, sino que representa un momento, una etapa, en el desarrollo global de la vida. La Astrología es entonces una privilegiada herramienta para descubrir, a través del estudio de la carta astral, el significado, el sentido profundo de la vida y de sus diferentes etapas. El hecho de que nosotros nazcamos en un momento dado en lugar de en otro no depende de un azar cualquiera, sino que responde a una finalidad bien precisa: la evolución del individuo, la necesidad que éste tiene de vivir en función de su “Ser esencial” y no de su “ser existencial”.

En su Autobiografía de un yogui, Paramahansa Yogananda señala las palabras de su Maestro, Sri Yukteswar, a propósito de la Astrología: “Un niño –dice Sri Yukteswar- nace en el día y en la hora en que las influencias celestes están en armonía matemática con su karma individual. Su horóscopo, retrato de un parecido extraordinario, revela el pasado y lo que resultará de ello probablemente en el futuro. Pero la carta astral no puede ser interpretada correctamente más que por hombres de sabiduría intuitiva, y existen pocos”.


LA ESTRUCTURA INICIAL DEL INDIVIDUO

Así pues, la carta natal es el resultado de un recorrido anterior a la vez que el punto de partida de un camino que tenemos por delante. Revela la estructura inicial del individuo encarnado tal como resulta de sus tendencias pasadas: el astrólogo puede descifrar en la carta natal las características mentales dominantes, las ataduras, los problemas que surgen al principio de la vida (y que pueden ser traducidos en términos psicológicos), el karma… Si el conjunto del tema natal da indicaciones sobre los logros de un trabajo anterior a esta vida, ciertos factores nos esclarecen más en particular sobre algunos modos de comportamiento “problemáticos” que pueden ser vividos como hábitos innatos, actitudes inconscientes y compulsivas… Estos viejos esquemas –que la psicología ha traducido bajo el término genérico de “complejos”– nos plantean problemas de adaptación tanto con nosotros mismos como con nuestro entorno. La posición de Saturno en el tema natal, de la Luna, del nodo lunar sur, de aspectos como las cuadraturas o las oposiciones son algunos de los elementos significativos que permiten descifrar estos comportamientos compulsivos. Otros datos permiten descubrir en la personalidad talentos más fluidos que influyen como factores positivos en la psique y en la vida del individuo: la posición del Sol o de ciertos aspectos como los sextiles y los trígonos… Al fin y al cabo, el tema natal contiene igualmente cualidades potenciales que pueden, eventualmente, (si se emprende un trabajo de crecimiento personal) ser desarrolladas en el curso de la vida: el ascendente o el nodo norte de la Luna…

Para terminar, con la síntesis de estas diferentes informaciones, el astrólogo va a poder describir el comportamiento innato de una persona, tanto en sus buenas tendencias como en sus tendencias compulsivas. Con ello podrá formular el trabajo específico que la persona tiene la posibilidad de hacer para superar esta compulsión, para realizar sus potenciales natales, es decir, para realizarse como individuo, inicialmente (transición del plano sociocultural al plano individual según Dane Rudhyar). En un segundo paso (o simultáneamente en algunos casos), el mismo individuo es llamado a superarse para aportar una contribución significativa a su sociedad o a la humanidad en conjunto. El potencial a alcanzar es realizar la esencia divina de su ser profundo, que transciende toda forma de limitación física y mental, y que se traduce por el retorno de la consciencia individual al seno de la Consciencia Cósmica. Así este enfoque de la Astrología se inscribe en la corriente de las grandes tradiciones, como las de los grandes Maestros espirituales de todos los tiempos y de todos los países que han sido expresadas en sus enseñanzas.



ESCAPAR A SU PRISIÓN CÓSMICA

Sri Yukteswar, a quien citábamos más arriba, añadía: “El mensaje inscrito en el cielo en el momento preciso del nacimiento está destinado no tanto a subrayar la importancia del destino -el resultado de acciones buenas o malas realizadas en el pasado- sino a despertar en el hombre la voluntad de escapar a su prisión cósmica. Él puede superar toda limitación, ya que él mismo la ha creado mediante sus acciones y posee recursos espirituales que no están sujetos al imperativo de los planetas.”

Esta labor de la que habla Sri Yukteswar corresponde en Astrología a las grandes etapas del proceso de evolución en una vida y se pueden captar con la ayuda de técnicas como las progresiones y los tránsitos. Entonces, la lectura astrológica permite entender en un momento concreto de la vida de un individuo qué parte de su pasado está llamada a reencontrar en esta etapa de su vida la manera en que puede superarlo e integrarlo en su realidad interior para acceder así a un nuevo estado de consciencia más amplio e inclusivo, es decir, más universal. De esta transformación en el interior sobreviene automáticamente una transformación en el comportamiento que tendrá repercusiones beneficiosas en la vida cotidiana y en las relaciones con los otros. Un paso más habrá sido franqueado tanto hacia la liberación con respecto a actitudes compulsivas como hacia la posibilidad de vivir de una manera más “esencial”.

Por lo tanto, la Astrología es una herramienta que permite iluminar el camino de cada individuo, y una de las aportaciones esenciales para esta comprensión la realizó el astrólogo y filósofo Dane Rudhyar mediante la noción de ciclos planetarios, teniendo cada planeta su propio ciclo. De esta manera, Saturno vuelve a su posición natal en el plazo de aproximadamente treinta años. Cada retorno señala la posibilidad de un renacimiento en otro nivel del ser, siempre que el impulso iniciado al principio de cada ciclo se haya manifestado claramente e integrado posteriormente en la vida en los puntos decisivos del ciclo (por ejemplo, la cuadratura ascendente, alrededor de los 36 años, o la oposición, hacia los 44-45 años, en el transcurso del segundo ciclo). Según el momento en que se encuentre el ciclo de uno u otro planeta en el momento en que el consultante acude a la consulta del astrólogo, éste puede ilustrarle y hacerle tomar conciencia de las necesidades interiores del momento y de las nuevas posibilidades de emerger que están contenidas en el instante.

En general, los momentos difíciles, los momentos de crisis, son los más aptos para la transformación y la superación de límites vinculados al pasado, y aparecen en la lectura de la carta astral manifestándose a través de los aspectos que la astrología eventualmente califica de “maléficos”. Por ello vemos que si bien representan un tiempo de vida durante el cual es necesario realizar un esfuerzo particular, podemos esperar resultados extremadamente benéficos… a condición de que el esfuerzo sea realizado.

Esta última consideración muestra al mismo tiempo los límites propios de la Astrología. Se trata de una herramienta que permite la toma de consciencia y que arroja luz respecto al camino a seguir en función de una línea de vida interior y de una cierta finalidad. Para esto es un instrumento magnífico. Sin embargo, tal como lo expresa Sri Yukteswar, hay elementos que escapan completamente al astrólogo. Éste, por ejemplo, no puede saber, a menos que sostenga una entrevista con su consultante, en qué nivel de conciencia está siendo vivida la carta astral. Además, sólo el individuo puede decidir transformar su vida y su persona, ya que nadie puede hacerlo en su lugar. Paramahansa Yogananda escribe: “Los fatalistas, así como ciertos astrólogos que buscan determinar lo desconocido, se equivocan enormemente creyendo que la vida puede predecirse al cien por cien y ser encerrada en datos astrológicos. No dejan ningún lugar para la libertad del individuo; libertad para transformarse, libertad para escoger entre dos acciones (…) El primer paso hacia la comprensión es servirnos de nuestra voluntad para llevar a cabo las elecciones que estarán en armonía con el Bien Eterno tal como está inscrito en la Ley Cósmica”.

La Astrología como instrumento de conocimiento espiritual no es, entonces, un fin en sí misma. Sin embargo, para aquellos que se comprometen con ella totalmente puede constituir un camino iniciático y ser así una especie de yoga: la carta astral como mandala es un soporte para la meditación. Tal actitud respecto a la Astrología exige disciplina interior y mucha vigilancia. De acuerdo con esto, puede afirmarse que la Astrología, siempre que vaya asociada a auténticas enseñanzas espirituales, puede ayudar al propio astrólogo a alcanzar progresivamente esta “sabiduría intuitiva” de la cual Sri Yukteswar establece los fundamentos de toda Astrología verdadera."






2 comentarios:

  1. Gracias por tu excelente labor de traducción, Mª José. Todo lo que cuenta este artículo es muy interesante.
    La Astrología es una ciencia milenaria que algunos ignorantes, en una sociedad mental y materialista, se han encargado de devaluar. Es, ante todo, una poderosa y mágica herramienta, más que un listado de horóscopos.

    Siempre me ha emocionado todo lo que son capaces de transmitirnos las estrellas. La Astrología es una valiosa brújula espiritual ;)

    Un súper beso para una astróloga de lujo.

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  2. ¡Mar!

    Oh, tu nombre sugiere inmensidad, aroma a salitre, susurros de olas, arena... ¡Qué bello!
    Muchas gracias a ti por venir al blog, leer e interactuar saliendo del silencio y el anonimato, ¡como un Sol que eres!

    La Astrología ocupará el lugar que le corresponde en esta Era de Acuario que estamos empezando, cuando a una energía y sus arquetipos, herramientas y símbolos le llega "su hora", es inevitable. Poco a poco irá calando en la sociedad, en las personas.

    ¡Un abrazo cariñoso!

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