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04 junio 2013

El entorno - Proyecciones psicológicas




Hemos experimentado muchas veces que se aprende mucho de los estados psico emocionales y del alma de las personas cercanas, de miembros de la familia, de amigos y personas de nuestros círculos cuando compartimos con ellos nuevos proyectos, planes e iniciativas. Sus respuestas vienen, inconscientemente, teñidas por sus propias vivencias, experiencias, miedos, ansiedades, vacíos. Esto por la parte más sombría, que es la que tratamos de trabajar. Estas respuestas no deben conducirnos a juzgarlos y rechazarlos, ni a enfadarnos, actuemos siempre con comprensión y compasión a la hora de abordar lo que nos ocurre cuando interactuamos, cuando comunicamos y compartimos. Es importante permanecer atentos a las respuestas que vienen “cargadas” precisamente de proyecciones poco luminosas, digamos que sin color, en concreto, de las que llamamos “grises”, esos “chaparrones de agua fría”. Hemos de distinguir. Primero, para desidentificarnos de algo que no es nuestro y que le corresponde al otro trabajarse y sanar, reaccionando con bondad y comprensión por nuestra parte, con mesura. Segundo, para despejarnos y aligerarnos, evitando así tomar cargas que ahora no nos corresponden, porque son del otro, es su tarea. Tercero, porque estando atento a ello me permito reaccionar por mi parte con libertad, desde mi centro, sin dejarme condicionar ni desequilibrar por la respuesta del entorno.

De esta manera aprendemos a afianzarnos en lo que somos, en la luz de nuestro corazón que nos guía, en la sabiduría y proyectos de nuestra alma que pone a nuestro alcance, en el momento oportuno, a las personas y medios para realizar nuestra misión, cumplir nuestro compromiso personal espiritual en el mundo de la materia. Finalmente, estamos donde debemos estar en cada momento.


Seguimos aprendiendo cada día a confiar, a tener Fe, a caminar conectados a la Fuente, a la Vida que con su aliento nos ha manifestado y que nos infunde y envuelve en el Amor. Nos guían y acompañan siempre. Donde hay amor, no hay temor.






A ver qué tal te va… A ver qué tal me va… A ver qué tal nos va…



En principio parece que estoy jugando a con-jugar… Abordamos nuestra existencia con tremenda gravedad, tal vez para compensar ciertas actitudes de algunas personas a las que pareciera que todo les da igual en su vida. Nos ponemos muy saturninos en relación a aquellos que pueden haber pasado los límites de la cordura y el orden, los que están poseídos -digámoslo así- por la energía de Neptuno. Buscando entonces el punto medio de equilibrio entre una posición de excesivo control, rigidez y organización, y otra que pasa por alto todos los detalles, que tiende al caos y a la dejadez, cuando no a la apatía, encontramos precisamente que la clave va a ser precisamente vivir cada día con un toque de juego, donde siempre hay espacio para la emoción, el humor y el desenfado, -así podemos integrar a Júpiter y a Mercurio en su vertiente geminiana- sin por ello dejar de ser responsables y comprometidos. Podemos elegir mantener “la alegría de vivir”, elegir cada día hacer alguna actividad que nos aporte, precisamente, bienestar. Saber pasar inmediatamente de una postura tensa a otra relajada, para no perder una energía valiosa en media hora cuando puede durarnos cinco horas y, además, sin acabar con agujetas.



El futuro es incierto y eso lo sabemos todos por muy bien atado (controlado, Saturno y Plutón se encargan de movilizarnos a veces excesivamente, lo cual, inevitablemente, produce gran ansiedad) que nos empeñemos en tener nuestros asuntos mundanos, la realidad inmediata, el día a día (aquí Virgo organiza la materia saturnina). El imprevisto (Urano en acción) nos puede sorprender en cualquier momento. Ya sea una llamada que recibamos, ya sea que recibamos un comunicado escrito, ya sea que nos encontremos a alguien por la calle, o que nos encuentre alguien que nos busca. En un clic, en unos breves segundos nos puede cambiar la vida de todos los días, lo conocido, lo familiar, lo que nos resulta cómodo, la rutina que nos aburre y nos relaja a la vez.



Lo cierto es que no sabemos cómo nos irá en concreto, por más que preguntemos al oráculo, por más que nos informamos en el plano práctico. Hay una serie de imprevistos, de variables que pueden hacer girar nuestro destino, nuestra rutina y que nos puede conducir a tomar una serie de decisiones y de iniciativas que no nos hubiéramos imaginado nunca. La cuestión es CÓMO ABORDAMOS los proyectos, los caminos que emprendemos, los imprevistos y los previstos. Cómo abordamos nuestra vida. Lo importante es MI ACTITUD, cómo y qué pienso, cuál es la calidad de mis pensamientos, porque esa energía sí que tiene importancia, y en mis pensamientos sí que puedo influir, los puedo modelar y remodelar, decido yo, mi voluntad, permaneciendo atento y consciente, con qué tipo de pensamientos y emociones me sintonizo. Elijo en cada momento y eso es lo más importante. Esto implica un esfuerzo, ejercitar la musculatura de nuestra voluntad, hacer uso de nuestra libertad con conciencia, bien despiertos, lúcidos. Porque ser Humano implica algo más que dormir y comer, no somos tan sólo cuerpo. Nuestra mente, nuestro corazón, nuestro espíritu tienen unas necesidades y unos proyectos con los que hemos de unificarnos para realizarnos en plenitud, la plenitud de nuestra realidad fundamental, la transcendencia.

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