"No somos seres humanos que
viven una experiencia espiritual, somos seres espirituales que viven una
experiencia humana".(1)
La
energía de la Luna nos motiva para acercarnos a los demás. Según el lenguaje
simbólico que utilizamos en la Astrología es un planeta denominado de contacto.
Es la energía que nos motiva al encuentro con el otro.
Esta
semana hemos celebrado Luna llena, el viernes 7, en el eje de Tauro-Escorpio, qué guardo, qué
dejo ir; qué sostengo, qué desestructuro. Las fuerzas del Sol y de la Luna en cuadratura con Júpiter en Leo hacen énfasis en el corazón, y, llevándolo más allá, podemos examinar las trampas del ego, y también revisar qué tal vamos de autoestima, de autovaloración, qué tal vamos de orgullo, de soberbia. Es la oportunidad para equilibrar.
Gran
parte de nuestro trabajo evolutivo requiere que vayamos descondicionándonos de
las influencias que recibimos del entorno: familiar, educativo, social, cultural,
etc., para ir a nuestra esencia, a nuestro ser esencial, para individualizarnos.
Muchos
somos los que fuimos aprendiendo a vivir las energías de nuestra Luna en
Acuario con todo lo que ello significa, seguir adelante, manteniendo
interiormente una actitud de apertura, renovándonos, sirviendo a la humanidad
en libertad. La Luna es el pasado, la añoranza. Numerosas veces hemos mirado
atrás y los recuerdos nos han estimulado para hacer lo posible por conservar y
mantener aquello que nos resulta gratificante, objetos o personas, máxime si es
una Luna situada en la casa de Tauro, en la casa II, que ha de aprender
estabilidad, pero teñida por la energía de este signo de Acuario. Acuario que
la insta al cambio, en maravillosa fraternidad, sí, pero también implica
metamorfosis para conquistar mayor autonomía e independencia. Todavía se hace
más patente la metamorfosis si la Luna viniera de la casa VIII, porque entonces
nos ofrece periódicamente posibilidades de transformaciones profundas. ¡No soy
mis recuerdos, no soy mi pasado! Estamos aprendiendo a desidentificarnos de
nuestras emociones. ¡Las efímeras emociones! Hemos de ir a la esencia.
"No soy ni mis pensamientos,
ni mis emociones, ni mis percepciones sensoriales, ni mis experiencias. No soy el contenido de mi
vida. Soy la Vida. Yo soy el espacio en que se produce. Soy la consciencia. Soy
el presente. Soy." (2)
A
algunos de nosotros, seres humanos, energías experimentando "ser humano",
nos cuesta soltar los recuerdos, nos enganchamos a pensamientos nostálgicos, nos
cuesta dejar etapas, nos cuesta dejar acompañantes, y, sin embargo, las
circunstancias, las señales, los símbolos, las "casualidades", todo
apunta que ha llegado la hora de despedirse, por ahora al menos. Pero, ¡ay! Nos
motivan los grandes ideales, el recuerdo de la comunión eterna donde no
experimentábamos la "separación", pero en esta dimensión -por ahora,
en este planeta Tierra, por ahora- nos movemos en las polaridades, aunque sólo
sean aparentes, y estamos llamados a ir encontrando armonía y sintonizar con
nuestra fuerza, unida a la Fuerza del Universo, en medio de los grandes cambios
que nos renuevan. (La influencia de Neptuno que está a punto de ponerse Directo dentro de unos días se hace evidente produciendo a veces en nosotros confusión, o impulsos idealistas). Vivimos en un movimiento continuo y en nuestra época se
aceleran por momentos. Seguimos avanzando, evolucionando a través de la espiral
en ondas energéticas expansivas.
¿Qué
nos impide la expansión entonces? Uno tiene que asomarse al mar interior de
pensamientos e ideas con valor y sinceridad, al mar interior de emociones y
sentimientos, con coraje, con sinceridad.
Uno
se pregunta, ¿cómo evitar el sufrimiento cuando hemos de poner límites, cuando
decimos "no", "basta", "hasta aquí", en nombre de
nuestro bienestar, de nuestra libertad, para mantener la alegría y la fuerza
del corazón? ¿Cómo evitar precisamente que sufra el corazón en la aparente
separación, incluso evitar que sufra finalmente daño físico? Ahí tenemos toda
una oportunidad de sanación. El ego utiliza la mente para emitir juicios acerca
de lo que sentimos, de nosotros mismos, de los demás. Conectada con mi corazón
he de lograr un silencio revelador.
Vamos a aprovechar las energías de Marte-Plutón (Capricornio) en conjunción en conexión con Urano en Aries (cuadratura) para realizar esa acción definitiva que nos permita fluir sin bloqueos de apegos, aceptando la realidad. Cortar lo que no sirve, avanzar por nuevos caminos. Habremos de poner empeño en que sea de forma tranquila, Plutón nos pone en contacto con nuestras sombras, con nuestros complejos, miedos, carencias. Pero también es la hora de ser revelado nuestro potencial y cómo desarrollarlo, al menos ver qué nos estorba en el proceso.
"El cuerpo de sufrimiento es
una forma energética semi-autónoma, una entidad formada por emociones, que vive
en casi todos los seres humanos. Como todas las formas de vida necesita
periódicamente alimentarse, absorber energía fresca. Para recargarse necesita
una energía compatible con la suya... Toda experiencia emocional dolorosa sirve
de combustible al cuerpo de sufrimiento". (2)
Nos
corresponde estar atentos entonces para gestionar nuestra propia sanación,
estar despiertos y conectados con lo que nos está ocurriendo. Vamos a ir
aprendiendo a alimentar nuestro "cuerpo de paz y serenidad", nuestro
"cuerpo de alegrías serenas". Esta es la llamada para conectarnos con
nuestro "centro", que a su vez está conectado al Gran Centro Vital de
Luz, de Fuerza, de Amor, de Sabiduría. Ahí es posible la sanación porque ahí
estamos nosotros, ahí están todos aquellos que amamos, ayer, hoy y mañana. Ahí
no existe el tiempo, ni la preocupación, las culpas, ni los deseos
tiranizadores del ego... En el Fuego de la Llama del Amor ¡todo es purificado!
Os
propongo dos páginas en las que nos describen ejercicios para alcanzar la
coherencia cardiaca, respirar con el corazón, entrar emocionalmente en estado
de armonía, de relajación:
http://metodosderelajacion1.wordpress.com/2010/10/06/estres-entrena-tu-coherencia-cardiaca/
http://www.periodicodecrecimientopersonal.com/ejercicio-de-respiracion-para-la-coherencia-cardiaca/
NOTAS
(1) Pierre Teilhard de Chardin
(2) Eckhart Tolle
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