Mencionar la palabra amor y asociarla a
la palabra "límites" nos resulta chocante, llama la atención, hay una
incongruencia. Cuando emprendemos el sendero de la evolución transpersonal realmente
hemos puesto nuestra voluntad y empeño en irnos trabajando para conquistar la
expresión del amor "incondicional". Tenemos por delante, más vale
tomárselo con paciencia y humor, un gran recorrido para irnos descondicionando,
desaprendiendo, desmontando pautas y formas de "amar" que aprendimos,
que nos enseñaron, que "copiamos", que adquirimos por hábitos. El
propósito hacia el cual vamos caminando es el ampliar nuestras miras,
expandirnos en cuanto a comprensión en nuestra forma de relacionarnos con el entorno,
con los demás, con las personas más cercanas, con las personas más allegadas,
con las personas que pertenecen a nuestro pequeño círculo más íntimo, con la
persona más importante y esencial en nuestra vida, cuando decidimos seguir el
camino en pareja.
Cada una de nuestras relaciones, ya sean
familiares, amistosas, profesionales, de pareja, etc., tiene una finalidad, un objetivo,
unas enseñanzas, un sentido, unos retos y unos regalos y dones específicos (que
podemos considerar en un estudio amplio de las cartas natales, un estudio de
Sinastría).
Los "límites" que me encuentro
en las relaciones, aquellas situaciones difíciles, de tensión, cuando surgen
los problemas, cuando hemos de tomar decisiones, solucionar situaciones,
afrontar circunstancias juntos, esos "límites" son la puerta para
cruzar a una perspectiva más realista de mi propio autoconocimiento y del
conocimiento del otro. Esos "límites", vividos y meditados desde el
amor, con amor, con claridad, en la Luz, en la paz interior, buscando la
sabiduría, una mayor comprensión, una mayor expresión y vivencia de la libertad
como ser humano individualizado, expresan nuevas posibilidades para la relación,
es la ocasión de anclar y fortalecer la relación un poco más, esto es muy
importante. O tal vez es la oportunidad de seguir amando a esa persona pero
tomando caminos diferentes, ofreciéndole bendiciones infinitas y gratitud por
todo lo compartido y aprendido juntos, pero sabiendo que el momento de seguir
por senderos diferentes ha llegado, con el máximo respeto, con todo el amor.
Esta es una propuesta más para seguir
trabajando la resonancia que activa la cuadratura de Saturno con Neptuno, desde
Sagitario y Piscis respectivamente, el principio de "realidad y
límites" y la conquista del principio del "amor incondicional".
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