Observamos en estas
figuras que se han formada por la posición de los planetas actuales que ya casi
el Sol entrará en el grado 11, como Neptuno, y a contactar con Neptuno irán brevemente
también Venus y Mercurio, en los siguientes días. Así que primero es Neptuno,
primero es la energía del Amor, de la solidaridad, de los sueños y los ideales
de fraternidad, de lo transcendente, de lo humanitario. Para ello, hay que
ponerse en actitud receptiva y permitir que el Sol, que tiene que ver con la
conciencia, el primero que se mueve en esta danza de energías nos ilumine y
aclare nuestros pensamientos, para que estemos y permanezcamos LÚCIDOS.
Meditamos en esta Cruz,
la cruz que siempre tiene un punto central, como un ojo, un vórtice, la luz de
la conciencia, del ser, existir, la vida. Pues es en la cruz donde he querido disponer
el símbolo de la "vara de Esculapio, dios de la medicina", al
formarse la oposición entre Neptuno y Júpiter en el eje Piscis-Virgo, siendo
JÚPITER el planeta que también participa en el Gran Trígono azul de Tierra.
Hacia Júpiter irán luego las energías, y hacia Saturno, ambos están en el grado
13º de los signos que ocupan.
Esta es una Cruz Mutable
que nos permite reflexionar en muchos aspectos, el primero es ser flexibles,
adaptables, desarrollar la capacidad de "mutar", de cambiar. Como el símbolo de la vara de Esculapio, la serpiente es flexible en una estructura orgánica firme, es la energía del Espíritu para la que colabora nuestra Alma en este Gran Proyecto Cósmico. La Astrología nos
permite también desarrollar al soñador creativo que llevamos dentro, porque
también en esencia es lo que somos. Y prosigamos
con más aspectos elementales. Por supuesto, va a activar a los signos mutables:
Piscis-Virgo, Géminis y Sagitario, o a quienes tengan planetas personales en
estos signos (Luna, Mercurio, Venus y Marte).
Nos interesa lo
personal, no podemos cambiar y "arreglar" el mundo, pero SÍ a nosotros mismos, y si yo doy un "salto cuántico", si yo avanzo, favorezco la evolución del equipo. Así pues nos interesa el dominio de lo más cercano, nos interesa trabajar con
nuestras propias energías, ver cómo nos afectan, cómo despiertan y qué dicen
sus voces -simbólicamente- y qué mensajes nos dan las estrellas para actuar en
consecuencia, o para adoptar la actitud adecuada.
Así pues, podemos saludar
a nuestras sombras si aparecen, lo que importa es nuestra luz, y reafirmarnos
en nuestro potencial y misión. Lo que importa es seguir colaborando con
nuestros guías y maestros, estar disponibles para seguir comprendiendo las
leyes del Universo y participar en la elevación de la vibración y conciencia de
la raza humana con nuestro servicio, porque hacia Júpiter en Virgo irán
posteriormente las energías, estamos ya también tratando con Sabiduría,
Filosofía, los viajes físicos o simbólicos que nos conectan con culturas
físicas o extrafísicas lejanas y ello nos enriquece, amplía nuestra visión y
comprensión, moviliza fuerzas y fe para participar socialmente, tal vez en mi entorno
inmediato, pero también en todo a nivel energético, no tenemos límites con la
imaginación, con nuestro cuerpo de luz viajamos cada día.
Todo lo pequeño,
cualquier detalle, cualquier pequeña colaboración es importante y hay que
tenerla en cuenta, y el Universo la tiene en cuenta.
Júpiter y Neptuno son
la ocasión, la capacidad y la oportunidad de expandir nuestro entendimiento y
de atraer a nosotros información que nos está sanando profundamente.
Está también Saturno,
simboliza nuestro "yo físico", es a través de nuestro vehículo físico
que recibimos las sensaciones para integrar mensajes que clarifican nuestras
vidas. Nuestra conciencia (Sol) está siendo activada por energías que nos llevan
al encuentro con los demás con una predisposición de apertura y flexibilidad,
conectando con lo que nos une y hace más sólida nuestra relación y las
posibilidades de colaboración y ayuda mutua, creando estructuras fuertes.
Por supuesto, Saturno
puede parecernos que hace todo más lento, dentro de nuestra percepción
subjetiva del tiempo, que parece lineal, pero ¿podemos sentir la eternidad?. A
veces parece que no pasa nada, o que no va a pasar nada, o que hay
estancamiento, lentitud, limitaciones. Esta es la trampa de la ilusión de la
dualidad, todo es cambio, nos lo recuerda nuestra propia respiración, el
funcionamiento metabólico de nuestro cuerpo (tenemos todos los elementos en
nuestro cuerpo) Pero es lo mismo, Júpiter nos recuerda que no tenemos la
"visión" suficiente", así que tenemos que volver a subir por
encima de la laboriosidad en la que estamos inmersos, tenemos que ascender y
elevarnos por encima de las obligaciones y cargas, habremos de
"volar" para poder ver el conjunto y no sólo una parte donde estamos
enfocando obstinadamente, aplicando el zoom. Vamos a pedir la vista del águila,
pero para ello nos tenemos que atrever a "despegar", a volar. Así
podremos "ver" la oportunidad, sentirla, vivirla, acogerla, recibirla.
Estos días, ya lo
habrán experimentados algunos de ustedes, hay mucha información a nuestra
disposición, son esas intuiciones que nos dan claves importantes, también mucha
sincronía. No saben de qué manera sostienen nuestros procesos para que sigamos
adelante con buen ánimo, con valor y entusiasmo.
Es momento de aceptar
nuestras emociones, están ahí, sean bienvenidas, tanto la alegría, el
entusiasmo, el optimismo, y aceptemos también los miedos y la confusión. En la
aceptación evitamos precisamente el conflicto y podremos aprovechar toda esta
energía que se forma para seguir avanzando en nuestros procesos y proyectos.
Cuando uno quiere tener discernimiento, actuar con discernimiento nos lo van a
regalar, la intención es actuar con honestidad y en esa dinámica todo va bien.
Sepamos dar prioridad a
lo más importante, evitemos que las responsabilidades nos agoten y alteren
nuestro estado de humor, procuremos ser comedidos, clarificar, sepamos estar atentos a los excesos que pueden
desequilibrarnos en muchos sentidos.
Realmente lo que se ha
de materializar, las semillas que plantamos y han de germinar, lo harán a pesar
de nosotros mismos porque "algo más grande" nos está apoyando y sosteniendo nuestros esfuerzos.
Plutón también está en
este Triángulo Azul (Plutón, Mercurio, Júpiter), así que lo que está en lo más
oculto de su corazón, lo que más le retuerce las entrañas, lo que ni siquiera
se atreve a reconocer abiertamente, pero le carcome, lo que le atormenta, lo
que quiere cambiar pero siente impotencia y está intentando transformar pero
parece que no termina nunca el proceso (¡incluso los legales), pues todo esto
que trabaja y por lo que trabaja sí avanza, sí está avanzando en capas más
sutiles para su percepción actual, pero se manifestará. Júpiter progresa en la
formación del trígono con Plutón y podemos utilizar esa energía para hacer
alquimia interior, ¡somos alquimistas!, y como es Júpiter, una vez más tratamos
de fe, de confianza, cualidades implícitas en la energía simbólica de Neptuno,
el Amor que nos impulsa a seguir ascendiendo por la espiral evolutiva a través de la eternidad.
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