“Pues en el hombre se unen espíritu y cuerpo.
Visibles e invisibles, dos mundos coinciden en el Hombre,
Visibles e invisibles deben coincidir en Su Templo;
No debéis rechazar el cuerpo.”
T.S. Eliot
Vamos a adentrarnos en el mundo de Neptuno, vinculado al
llamado karma afectivo, y en esta expresión de su energía (una de ellas, hay
muchas más): las enfermedades infecciosas que puede sufrir nuestro cuerpo
físico en ocasiones. Ya que el mes que viene este planeta cambia de dirección
otra vez, se pondrá Directo, sabemos que estamos bajo su influencia intensa en
estas semanas, aunque no en todos con la misma intensidad. En junio fue su
cambio a retrógrado, se nota ahora pues de nuevo muy fuerte su energía, quiere
y lo hace “salir a relucir”.
He elegido estos versos de T.S. Eliot porque él tenía en su
carta natal una influencia de Neptuno: en trígono a su Sol, en oposición a
Marte y a Júpiter, en conjunción a Plutón.
Neptuno es una de las energías transpersonales más importantes,
uno de los arquetipos que más nos impulsan hacia la evolución, la
transformación, la toma de conciencia, y una real “humanización”. Tenemos esta
franja importante, de junio a noviembre,
y su impulso actual, tal vez para arreglar asuntos pendientes de una vez por
todas, de los que se vinculan a esta energía que nos inspira a alcanzar el amor
incondicional, a dejar atrás las ilusiones, fantasías, engaños y adicciones
perniciosas que dispersan nuestra fuerza espiritual, con todo lo que nos cuesta
a los humanos desarrollar la energía del corazón habremos de poner empeño y
abrir bien los ojos del entendimiento, con la energía mental ya vamos
practicando desde hace milenios, y aún así seguimos teniendo dificultades para
enfocarnos en lo positivo, y dejar pasar los pensamientos negativos y de baja
vibración, a los que se suman las emociones intensas como la envidia, celos,
rencor, que nos van minando las fuerzas si permanecemos esclavos de ellas. El
motor impulsor para repolarizar es elegir aceptar, perdonar, comprender, ser
solidarios, salir de nuestro egoísmo, de nuestro pequeño mundo de víctimas,
para volar libres inspirados por la sabiduría del corazón y del alma, de la
Luz, nuestra esencia. Esto es recordar nuestro origen para hacerlo más fácil
desde nuestra vivencia en el cuerpo físico.
La Astrología, como siempre, nos ayuda a ver esos pasaje
difíciles de nuestra vida, aunque para el alma tenga todo significado, una
razón, un motivo, un objetivo, y a nuestra personalidad le cueste aceptar que
todo es perfecto; y, por supuesto, la Astrología nos ofrece también conocer esos
ciclos llenos de sol, de luz, de alegrías, de abundancia, de salud, de
optimismo.
Toda una generación, cada persona de manera diferente, pueda
estar viviendo situaciones intensas en este momento respecto a la posición de
su Neptuno. Veamos un ejemplo, nos vamos al siglo pasado, tan reciente. En
julio de 1955 Neptuno volvía a
ponerse Directo en el grado 25 de Libra.
Y con esta fuerza de su cambio nacieron posteriormente nativos de los signos de
Cáncer en adelante, sólo consideramos ahora en este año estos signos: Cáncer,
Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio. De entre ellos, Cáncer y
Escorpio son los de Agua, y tal vez nos deberíamos enfocar en estos signos de
una manera especial, no porque a los demás no les afecte, pero siempre a los
signos con rasgos más emotivos todo lo externo les influye más en su psique, emocionalmente,
en su cuerpo físico y en la conciencia, en la vida de su alma. Los signos de
Agua tienden a ser introvertidos en general, no es que no lo sea la Tierra de
Virgo o de Capricornio, pero insistimos en el grado de empatía más alto que
facilita el Agua, y Escorpio con su peculiar tendencia al silencio, a los
secretos, a guardar ocultos, bien escondidos traumas, miedos, sufrimientos,
tormentos, obsesiones, vergüenzas.
Tomemos por ejemplo un nativo que nace entonces bajo el
signo de Escorpio de este año 1955,
y que tenga cerquita de Neptuno a las luminarias, evidentemente, la Luna pasó a
lo largo del mes de junio por este grado; o algún planeta personal, Mercurio y
Venus entraron en Libra en septiembre de ese año; Marte lo haría en octubre –así
que hasta últimos de noviembre de ese año no llega a los últimos grados.
Actualmente, esta posición de Neptuno de años atrás, para
toda una generación, está activada por el paso de Urano en tránsito, hoy a 26º de Aries, planeta que cambió de
dirección (retrógrado) en agosto de
este año (en enero del 2018 se pondrá de nuevo directo). Estas semanas podemos
decir que han sido impactantes, para algunas personas supone el haber
experimentado “situaciones extremas”, porque tuvimos los dos eclipses –parcial de Luna y total de
Sol, en el eje Leo-Acuario. Estos
últimos grados de Libra han estado más activados recientemente por el paso de
Júpiter en tránsito (que puede ocasionar anemia, enfermedades crónicas,
incremento de moco -desequilibrios de khapa
según la medicina ayurveda). Júpiter ya ha entrado recientemente en el signo de
Escorpio. En junio pasaron Mercurio (asociado a enfermedades de la piel, la
lengua) y Marte, este último ¡nada menos!, con las fiebres e inflamaciones que
puede ocasionar de manera aguda, excesiva, úlceras, erupciones en la piel, infecciones
contagiosas, hemorragias, aunque pueden ser de duración corta. Su paso fue por
Cáncer (haciendo cuadratura a esa posición de Neptuno que mencionamos al
principio); el Sol en julio, Venus en agosto.
Pero ahora las cosas han llegado a tocar fondo, el desgaste
ha sido grande, y es momento de solucionar el trasfondo traumático, tal vez
lejano en meses, en años incluso, aunque haya también experiencias cercanas,
que puedan estar causando sufrimiento, bajada de defensas, autoagresión –sistema
autoinmume- y enfermedad, un deterioro que puede llegar hasta el fallecimiento,
el cuerpo físico no puede más, o el Alma pide a su Creador el fin de tanto
dolor y le es concedido, o todo está hecho y no tiene sentido más tormento.
En Granada, España |
También con este cambio de dirección de Neptuno llegan las
ayudas, la sanación profunda, del cuerpo tal vez, en todo caso beneficiosa para
la salud del alma, de la conciencia.
“Creo que un milagro es el amor que sustenta el
universo. Es un cambio de percepción que elimina las barreras u obstáculos que
nos impiden ser conscientes de la presencia del amor en nuestras vidas.”
Por ejemplo, si
queremos ayudar a alguien, ya sea en la psicoterapia o en la vida diaria, no
creo que debamos identificarnos con el problema. Lo que tenemos que hacer es
identificarnos con la Respuesta. Dado que el problema constituye siempre alguna
forma de miedo, culpa o separación, nuestra responsabilidad es identificarnos
con la única respuesta que funciona. Si me identifico con el problema que
tienen usted u otra persona simplemente significa que también yo voy a sufrir.
Y cuando me uno a usted en el sufrimiento nadie gana – por el contrario ambos
perdemos porque reforzamos el problema.
Los eclipses de agosto también inducen a ello desde la
energía de Acuario, liberación y fraternidad, y de Leo, la energía del amor
noble, en los aspectos positivos, porque los negativos cuando vivimos con la
conciencia dormida, sin lucidez, son muy fáciles de ser manifestados en la
personalidad humana. “Los astros inclinan, no obligan”, depende de nosotros y
nuestra fuerza de voluntad, del desarrollo de la sabiduría, salir de la
ignorancia, hacernos responsables de nuestro mundo interior y de nuestros actos.
Retomamos entonces, Neptuno está asociado a las enfermedades
infecciosas, y Urano es una energía imprevista y rápida, fulminante, en la
personalidad nos cuesta utilizarla porque nos induce a ser impacientes,
caprichosos, cambiantes, nerviosos, extremos, revolucionarios compulsivos,
radicales, extremos, egoístas, impersonales. Pero bien utilizada es una energía
intuitiva mental, creativa, nos aporta genialidad. Así que podemos unir estas dos
energías tan potentes que aportan diferentes experiencias, de desapego por
separación pero de unión-comunión entre almas, nos aportan intuición, y que
pueden cambiar si desde dentro hacemos ajustes convenientes.
Las infecciones de Neptuno pueden ser de evolución lenta y
maligna, su energía es de disipación, se dice que su proliferación es de
manifestación “blanda”.
En octubre de 1942
fue cuando Neptuno entró en el signo de Libra, y hasta 1957, , y durante todo el tránsito de Urano por el signo de Aries (2010-2011, por sus cambios de dirección) ha
estado removiendo a las generaciones nacidas en esa franja de años, en diferentes
momentos y por diversas causas, y no siempre –ni mucho menos- para causar
sufrimiento y enfermedad. Pero Neptuno siempre pide a la personalidad
conectarse con el alma y a la energía Superior para poder vivir según
principios altruistas e idealistas de unión con los demás, aunque sea a veces
con pequeños sacrificios, renuncias conscientes en momentos puntuales. También
ha sido importante este tránsito de Urano para liberarse de cargas innecesarias,
salir de patrones de víctima-salvador, no permanecer escondido, oculto por
otras personalidades dominantes y controladoras. Hasta que Urano cambie de
dirección en enero del 2018. ¡Cuántos aprendizajes desde el 2011! Y lo más importante con Urano,
esta energía de “genio”, es que nos ayuda a elegir nuestro propio camino, sin
desaprovechar cuanto conocimiento podamos asimilar y cuántos conocimientos
revelados por otros nos inspiren, pero siempre fieles a nuestra propia voz
interior, creencias, valores, filosofía de vida.
“No eres un cuerpo.
Eres libre. Sé libre hoy.
Y da el regalo de la libertad a todos aquellos
que
crean estar esclavizados en el interior de un cuerpo.
Sé libre, de modo que el
Espíritu Santo
se pueda valer de tu liberación de la esclavitud...
Permite que
el amor reemplace sus miedos a través de ti.”
Del Libro de Ejercicios de Un Curso de Milagros. De la
doctora (psicóloga) Helen Cohn Schucman, nacida bajo el signo de Cáncer, y del
doctor William Thetford (psicólogo),
nacido bajo el signo de Tauro.
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