Carguémonos
de energía, de Fe, de entusiasmo y
vitalidad antes del día 17 de agosto de este año 2012 en curso.
Conectémonos con nuestra esencia, con nuestro
centro, a través de los elevados ideales que inspiran nuestros actos en la vida
cotidiana. Para esta Luna Nueva del viernes 17 de agosto hemos de vestirnos con
las ropas del aventurero y asomarnos a la vida cuando amanezca dispuestos
a expansionar nuestras mentes. Con esta actitud podremos afrontar las poderosas
energías de Capricornio, que aparece en el Ascendente de esta lunación.
Saturno, su regente, sigue estando en el signo de Libra, como vengo comentando
nos permite hacer un trabajo serio para establecer en nuestras relaciones
cimientos sólidos y estables que sustenten las emociones que vayamos a
compartir en pareja en los siguientes meses, a revisar dichos cimientos,
reconocer si existen y si tienen posibilidades de seguir arraigando, o si tal
vez la relación aportó madurez, experiencias profundas que han contribuido a
asumir mayor responsabilidad respecto a nuestras emociones y convivencia en
pareja, pero no tiene el propósito de seguir siendo un anclaje que a la larga
nos aporté interiormente estabilidad para seguir elevando la mente y la
conciencia.
Ante todo, el primer signo que aparece en el Ascendente de la lunación
es Sagitario, hemos de ser sinceros, y permitir a nuestro espíritu jovial,
generoso y optimista que se exprese, que guíe nuestras decisiones más importantes.
Esta
Luna Nueva en Leo sigue pidiendo que nos enfoquemos en nuestra estima y
valoración personal, nos permite recargarnos de energías creativas y favorece
la apertura de corazón, la sanación de heridas, salir de pautas de víctima,
salir de pautas de salvador, aceptar la entrada de rayos de luz y de color que
desean contribuir a una restauración de nuestro equilibrio interior.
Porque
todos apreciamos el respeto seguimos trabajando, cada cual a su ritmo y en su
nivel, cualquier trauma o complejo en el que nos hayamos podido estancar en
relación con las figuras de autoridad y poder. Revisemos nuestras relaciones
con estas figuras. Pero revisemos, de eso se trata, nuestros pensamientos e
ideas al respecto, nuestras necesidades de poder y control en las relaciones,
en nuestra vida social. Revisemos nuestro nivel de compromiso y por qué a veces
precisamente lo eludimos, por qué pasamos a toda velocidad de una relación a
otra, por qué no nos estamos permitiendo crear un hogar estable.
Más
que nunca tenemos la posibilidad de recibir intuiciones, inspiraciones
repentinas que nos abren puertas hacia una mayor comprensión, de nosotros
mismos, de nuestro entorno, familiar, y de lo que está ocurriendo en nuestra
patria.
No
desdeñemos los esfuerzos necesarios, también gozaremos de momentos de calma y
paz, sectores donde todo fluye amablemente. Aparecen ayudas de personas
maduras, de personas que favorecen nuestros procesos, que nos ayudan en lo
material, que afianzan nuestra valía, aparece incluso algún personaje de poder
y autoridad dispuesto a dar un impulso a esos proyectos que perseguimos y en
los que venimos trabajando desde hace tiempo con alegría y dedicación.
A
veces también puede ser a través de la madre, o de un hermano que estaba más
lejos o distante, podemos estar atentos, receptivos, dispuestos a compartir, a
dar, a recibir.
Es
tiempo para construir, para trabajar, los esfuerzos serán recompensados,
atrevámonos a expandir nuestras mentes, abrirnos a la novedad, a lo
imprevisible, a las sorpresas. Es tiempo para avanzar, transformar, dejar lo
viejo, lo que ya no sirve, renovar. Es un momento para trabajar aún el
equilibrio, la armonía, para sumergirnos vía la belleza en las energías sutiles
que guían nuestras existencia personal, nuestra humanidad consiste en vivir el
día a día desde el corazón, desarrollando afecto, comprensión, empatía,
cualidades que nos liberan del orgullo, pedestal o torre de marfil que nos
aleja de los demás, o aleja a los demás. No es necesaria la soledad, el dolor de
la soledad, ni mucho menos. La única
soledad que nos nutre es aquella que deseamos y aquella con la aprendemos a
pasar algunos ratos, pero la vida está llena de manos que se extienden para que
compartamos, de sonrisas que podemos expresar y recibir, de cuerpos que saben
danzar al ritmo de la música de las esferas, siempre divina, siempre perfecta.
Escucha, escucha atento su melodía, para y escucha, detente y percibe esos
sonidos que desde la lejanía desean acercarse a ti para transformarte.
Es
tiempo para cantar con el místico San Juan de la Cruz:
¡Oh
llama de amor viva
que
tiernamente hieres
de
mi alma en el más profundo centro!
Pues
ya no eres esquiva
acaba
ya si quieres,
¡rompe
la tela de este dulce encuentro!
¡Qué hermoso, María José!
ResponderEliminarAportas unas claves muy importantes para vivir en plenitud: la vía de la belleza, sin otra soledad que no sea la voluntariamente elegida,con sonrisas y danzas cósmicas perfectas.
Gracias por esta invitación a transformarnos en armonía.
Un abrazo y enhorabuena por el magnífico artículo.
Ricardo J. Gómez Tovar