Algunos de los
árboles me hablaron de la savia que ha empezado hace algún tiempo a recorrerles
y me mostraron sus brotes recién preparados para eclosionar dentro de unos
días. Otros me mostraron sus más bellas flores blancas en las que resplandecía
el sol intenso de esta tarde de marzo, de manera que se podía sentir toda la
luz recogida por ellas y que emanaba hacia mi cuerpo exaltando mis sentidos.
Algunas aves
caminaron cerca de mí y me acompañaron sin ningún temor, sintiéndonos mutuamente,
simplemente estar y disfrutar de la belleza proporcionada por el cielo azul, el
sol, el verde brillante de una pradera bañada por las recientes lluvias, la
calma llena de vida emanada por doquier y me dejé mecer y alegrar por tanta
belleza y armonía alrededor y en mí. Afiné de nuevo en esta magia las cuerdas
de mis nervios y decidí que realmente podemos elegir. Sumergirnos en la
exuberante belleza de la vida es sin duda la elección más seductora que la
Naturaleza puede ofrecernos: irresistible, porque renueva y refresca todas las
células de nuestro cuerpo y eleva la vibración de nuestras emociones a escalas
superiores, aquellas donde los ángeles pueden susurrarnos y acariciar nuestra auras
con los colores del arco iris destilados en sus sutiles manos y cantos.
Permitamos a
Marte y Venus simultáneamente dirigir nuestros pasos.
Marte y su fuerza, tan necesaria para que todo vuelva a brotar con ímpetu renovado. Marte y su energía, imprescindible después del 'adormecimiento' del invierno... Si al brío le añadimos el mimo y los cuidados de Venus ;) hummm, creo que será una primavera maravillosa, querida Mª José. Y la primavera se disfruta en plena Naturaleza :)
ResponderEliminarUn súper beso.
¡Muchas gracias, Mar! ¡Estás tan conectada con estas energías primaverales que disfrutamos!
ResponderEliminar¡Un abrazo de amor y luz!