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06 mayo 2015

Las casas de Agua

Desde este triángulo azul (Gran triángulo de talento) formado HOY desde los signos de FUEGO -en el que participan la Luna, Urano y Júpiter en Sagitario, Aries y Leo, respectivamente- abordamos algunas de las claves de las casas de Agua, para aquellos que especialmente estén viviendo tránsitos por estas casas o en los regentes de las mismas; pero todos podemos entrar en la resonancia de esta activación, gracias a NEPTUNO focal en la cuadratura en T (observen el triángulo rojo mutable, triángulo de eficiencia o rendimiento: Neptuno-Mercurio-Luna/Saturno, en Piscis, Géminis y Sagitario, respectivamente), quien nos facilita a todos este trabajo transpersonal.




Las casas de Agua son la IV, la VIII y la XII, correspondiendo a los signos de Cáncer, Escorpio y Piscis, aunque cada de nosotros no tengamos precisamente a estos signos en las casas de Agua.


En la casa IV nos introducimos en todo aquello relativo a nuestras raíces, nuestro orígenes, nuestra procedencia. Podemos revisar qué nos sostiene interiormente, más allá de lo material. En esta casa puedo revisar cómo deseo, quiero, sé que ha de ser mi relación ahora con la familia. Independientemente del planeta implicado, su energía hará que sea un tránsito más fácil, suave o más movido, hemos de ser sinceros con nosotros mismos, se trata de esto en nuestro caminar por la Tierra, porque a la larga es así cómo iremos construyendo una vida más equilibrada y de bienestar interior. El pasado, nuestra familia nos ha ofrecido, y nos puede seguir ofreciendo, las pistas que necesitamos para liberar dolor y que las experiencias nuevas basadas en nuevos valores, las experiencias que vamos creando en el día a día desde nuestro corazón y nuestra libertad nos vayan enriqueciendo y haciéndonos sentir a gusto con nosotros mismos, y ello se extiende a nuestras relaciones en general. El planeta que pueda transitar esta casa o su regente nos dará pistas más concretas.
¿Qué situaciones y qué temas principalmente van a ser catalizadores?: la familia y la vivienda.




En la casa VIII nos introducimos en el mundo de las emociones y de las energías psíquicas, tal vez es el momento de valorar qué situaciones o qué relaciones nos están agotando y desgastando, en vez de alimentarnos mutuamente y ofrecernos la posibilidad de regenerarnos en el día a día. En esta casa, si está activa por tránsitos o progresiones especialmente, tenemos la ocasión de ir liberando sentimientos y emociones que pude haber acumulado en mis experiencias anteriores, en la infancia, en otras vidas, es hora de soltar capas de dolor emocional y psíquico, miedos, obsesiones. Para ello, evidentemente, he de ser sincero conmigo mismo y reconocer qué está ocurriendo en mi interior, saber que muchas veces la palabra, la experiencia o la situación que estoy viviendo con una persona en concreto puede ser tan sólo el activador de algo mucho más profundo que viene de atrás. Tal vez nos expresamos y reaccionamos con exageración en situaciones concretas de la vida cotidiana. Hay algo que ya no tiene que ver con una persona en concreto, pero dijo la palabra "precisa" para que saltara en nosotros la alarma. Pongamos atención a nuestras vivencias a este respecto, para no reaccionar exageradamente, para no dañar a seres queridos, para pedir perdón si lo hicimos al hablar o actuar. Y concentrémonos en este trabajo tan importante de liberar memorias, es la oportunidad. Ahora es momento de sanación, a cada uno la fuerza concreta de un planeta nos va a activar de una manera o de otra, tal vez no sea siempre fácil, pero mantengamos la atención en este proceso que es toda una oportunidad para renovarnos y permitir a nuestra conciencia una liberación y regeneración para seguir el camino evolutivo.
¿Qué situaciones y qué temas principalmente van a ser catalizadores?: las pérdidas, ya sean económicas, ya sean de seres queridos, las enfermedades graves.




En la casa XII abordamos las crisis y procesos de regeneración muchas veces desde determinadas enfermedades, algo que también podría ocurrir en momentos puntuales en la casa VIII, estaríamos en una fase también crítica puesto que seguramente surgirán impedimentos que nos van a bloquear el seguir con nuestra rutina y ritmo habitual, no siempre lo aceptamos adecuadamente. Una vez más, la llamada es al cambio a través de la interiorización. En estas casas siempre vamos a recibir muchas respuestas y ayudas en el silencio, en el retiro, desde la escucha y la receptividad, su energía es yin, femenina, dentro que están las claves para comprender y aceptar nuestras vivencias actuales. La enfermedad es una alidada, el cuerpo es un  mapa donde podemos leer por dónde seguir, se nos ofrecerán esos momentos más calmados y de serenidad que nos permiten interpretar los signos. Tal vez queramos correr, y aunque ahora todo va tan deprisa y están tan acelerado, hemos de tener paciencia en nuestra percepción del tiempo lineal.
¿Qué situaciones y qué temas principalmente van a ser catalizadores?: las enfermedades crónicas, las situaciones de "encierro".


Los trabajos con nuestra naturaleza trascendente, nuestra esencia, nos pueden conducir a cruzar esas puertas o umbrales para iniciar nuevos caminos. Nuestra vida cambia mucho, nosotros así lo sentimos, y esto es lo que irradiaremos inevitablemente. No estamos aquí para complacer a los demás sino para encontrarnos con nosotros mismos, con nuestra realidad interior y caminar serenos, amorosos, libres, conscientes. Es hora de elegir en el círculo íntimo, aquello, y a aquellos, que me aportan y que vibran en afinidad con mi naturaleza. Es hora de mantener en el día a día la felicidad interior, conectar con mi fuerza y talentos. Crear mi realidad. Desde mi centro, desde la unificación de mi ser, desde la fuerza del Amor. De esta manera, tal vez, seguramente, podré compartir, humildemente, con sencillez, con los demás, participar en la fiesta de la Vida con alegría, en el milagro de la Vida, aportar también a la humanidad en su evolución.






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