Con motivo del Taller organizado
para el próximo 7 de noviembre (Astrología y Renacer: Taller de Astrología y Constelaciones Familiares),
sábado, vamos a ir entrando en materia investigando en cómo la lectura del mapa
natal nos ofrece claves importantes para nuestro trabajo interior evolutivo,
para llevar a la práctica de constelaciones lo que queremos liberar,
progresivamente.
Para
este trabajo, hoy propongo mirar la Casa de Cáncer, buscamos su posición en el
mapa astral, si está interceptada, si está en la cúspide, si está ocupada por
planetas. Y miramos qué planetas están ubicados en el signo.
Podemos
ver algunos ejemplos a modo ilustrativo. Cáncer
en la Casa VIII, es la Casa de Escorpio, un signo de Agua, un signo Fijo,
localizamos el signo sin entrar en más detalles, por ahora. Estando en esta
posición el signo de Cáncer podemos recordar nuestra vida respecto a la
familia, no vamos a considerar que sea la carta astral de un niño, adolescente
o joven. Enfocamos este trabajo ahora desde el adulto. Es una posición que nos
sugiere experiencias intensas y profundas respecto a la familia en la que hemos
nacido. Esta posición nos indica un trabajo grande con las emociones, habríamos
de mirar el resto de la carta para buscar más información: la posición de la
Luna y sus aspectos, la figura de los aspectos, por ejemplo, predominio de
elementos, orientación, muchos otros detalles. Pero, por ahora, con este dato parece
que en la familia ha habido situaciones críticas, de gran dolor y sufrimiento,
del cual hemos de "limpiarnos" nosotros y, por consiguiente, limpiar
el árbol. Pero también sabemos que en la familia se ha desarrollado la
capacidad de resistencia, se ha desarrollado el coraje y el valor, se han
superado pruebas difíciles que han aportado al temperamento familiar capacidad de superación, esto también lo hemos heredado. Vamos a aprender primeramente a evitar
"apegarnos" al sufrimiento, tendremos que evitar caer en la inercia
de seguir unas pautas determinadas, como sentir que la vida puede suponer una
amenaza y reto demasiado difícil Estamos aprendiendo a ser también fuertes, a
sentirnos fuertes y capaces en medio de las tormentas, como aprendieron los
ancestros a serlo superando miedos, tal vez perdiendo la alegría, la capacidad
de juego, la risa, tal vez aprendiendo tan sólo a ser responsables, con una
moralidad elevada. Tal vez ha habido experiencias relativas a la enfermedad, la
muerte, incluso la locura como escape a tal esfuerzo.
Es la Casa de Escorpio y,
seguramente, habremos de aprender a no querer controlar emocionalmente siempre
las situaciones, a liberarnos y aprender a ser más ligeros. Indudablemente, el
drama ha estado en la familia, la enfermedad, la muerte, problemas con
herencias y con bienes inmuebles, situaciones críticas respecto a la sexualidad
y temas tabú. Cuántas experiencias que dan pie a secretos en el seno familiar,
tal vez algunos ya los hayamos desvelado, pero no se trata de indagar en ello y
descubrir culpables, juzgarles y condenarles; se trata de liberar dolor y
sufrimiento de la familia, ahora tratamos de INTEGRAR, vamos a convertidos en transmutadores para beneficio
propio y de todo el árbol genealógico, con amor, lo primero y básico, esencial, con respeto, mucha
delicadeza y comprensión, con agradecimiento y alegría. La alegría viene
después de la PAZ que habremos de sentir al dar un paso más en este trabajo de
constelaciones familiares. Se trata de caminar hacia un RENACER, y siempre
viene la alegría acompañando a la Paz, porque es una manifestación de la
presencia y actuación de la Gracia, algo más Grande que nosotros siempre está en
nosotros, en nuestro interior, y actúa e interactúa continuamente con nuestra
Alma, al servicio de la evolución de nuestra conciencia en expansión eterna.
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