¡Oh, éter divino!
Fuego y aire sutil,
Con tu movimiento circular
Y tu inteligencia,
¡oh, alma del mundo!,
¡Divinidad! que mantienes sin cesar
El movimiento circular,
Y las esferas en su movimiento,
Mira a la Humanidad con compasión
En su afán por mantener su unidad
contigo.
Los
dioses del Olimpo tenían sus caprichos, y se parecen a los seres mortales, a
los humanos, precisamente por sus pasiones incontroladas; pero su eterna
juventud marcaba la diferencia en relación con los habitantes de la Tierra. Si
algo nos enseña la mitología es a valorar el respeto, a valorar la libertad de
elección de los demás, y, lo más importante para conseguirlo, el auto dominio
de las propias pasiones que están bajo el influjo de emociones pasajeras, que es
lo que viene ocurriendo si la mente vive sin control, si estamos "dormidos", si la conciencia no guía la inteligencia, y esto ocurre generalmente cuando uno se desvincula
de la sabiduría y amor del corazón.
Hebe, de Gavin Hamilton |
La
mitología nos ofrece unos arquetipos típicos para conocernos mejor, y a pesar
de sus perversidades, espejo de nuestras inclinaciones más animales, habremos
de ser benevolentes con ellos puesto que reflejan nuestras sombras, y para
evolucionar sabemos que no hemos de temer nada nuestro ni rechazarlo, sino reconocerlo y aceptarlo, porque
son tiempos para aprender a integrar
todo lo que es diferente, en el amor no hay temor. Creamos así el camino más luminoso para seguir evolucionando
en este mundo de dualidad con dignidad.
Veamos esto que tenemos que recordar de los "dioses".
Tenemos,
por ejemplo, a Júpiter (para los
romanos, Zeus para los griegos) que en múltiples ocasiones se dejó llevar por
su capricho y raptaba humanos. Así ocurrió cuando separó a Ganimedes, que era considerado el más bello de los mortales, de su
familia y se lo llevó al Olimpo. Para consuelo de la familia y de Ganimedes,
Júpiter creó en los cielos la constelación de Acuario (aguador, aqua+arium= lugar para guardar agua, veremos
por qué enseguida), y también la del Águila,
cuyo traje vistió el día del rapto, pues era su animal favorito, aunque
realmente la tradición no se pone de acuerdo sobre quién raptó al hermoso
joven. Para mantener la juventud de Ganimedes, así como la suya y la de todos
los dioses del Olimpo, bebían el néctar de la juventud. Ganimedes lo haría de
mano de la hija de Júpiter, Hebe
(Grecia, Iuventus para los romanos), la personificación de la juventud en todos
los reinos de la Naturaleza (y lleva su nombre el satélite más grande del
planeta más grande del sistema solar, Júpiter), aunque es una diosa de rango
inferior. Y al gran dios del Olimpo le serviría de copero el propio Ganimedes.
LOS PÁJAROS - LAS AVES
Acabamos
de hablar del águila de Júpiter, así que esto nos conduce a seguir
profundizando en la simbología de este animal, de esta ave, y en la simbología de los pájaros que posteriormente ser irá ampliando.
Astrología para volar en la Tierra
es un nombre que la autora de este blog ha elegido por el gran amor que siente
hacia las aves, hacia los pájaros, su gratitud hacia ellos es inmensa porque durante muchos años han sido
compañeros en su vida cotidiana, amigos con quienes ha compartido tantos
cambios y aprendizajes, pequeños seres alados que han aportado tanta
inspiración y alegría con su vitalidad, movimiento, belleza, cantos y
simplemente, por ser, por estar, por existir aquí en la Tierra tan cerca de los
hombres y mujeres que la habitan también.
En
el logotipo de Astrología para volar en la Tierra se aprecia la imagen de la espiral, símbolo del movimiento
permanente de la vida y de la no permanencia de las cosas, representa la vida
eterna o la realización de uno mismo. Es lo que ocurre cuando visionamos una
escalera de caracol por donde circulan energías continuamente,
interpenetrándose, fecundándose, transformándose, regenerándose de manera constante.
Es lo que está ocurriendo con el ciclo del agua en la Tierra. Y también las
energías primordiales representadas por la energía kundalini recorriendo el eje
de la columna vertebral, de arriba a abajo, y de abajo a arriba.
Sin
embargo, yendo más allá de la propia experiencia personal, el pájaro ha simbolizado ya en la
antigüedad lo que es más valioso e inmortal en un ser Humano: su Alma.
Esotéricamente
simbolizaban los pensamientos, la rapidez de un pensamiento se expresa en el
vuelo de un ave, especialmente el águila; aunque todo lo que vuela se suele
emplear como símbolo del pensamiento.
Cuando
miramos al águila, cuando pensamos en un águila (y volvemos a Júpiter), nos
estamos refiriendo a una serie de cualidades concretas, en relación con la mitología, y nos sirve para el análisis
astrológico de una carta astral, o para inspirar unos tránsitos o progresiones. Júpiter está ahora en boca de todos al haber ingresado recientemente en el signo de Libra. El águila puede simbolizar fuerza, triunfo, éxito y logros. Pero también puede
representar el orgullo, la intransigencia y el comportarse de manera ostentosa.
Júpiter
rige a Sagitario, pero también le encontramos en muchas cartas astrales en
aspecto al Sol, y en algún campo concreto, tal vez también en su vida común,
estas personas dan señales de clarividencia.
Desde
la antigüedad este ave ha llamado especialmente la atención. Así, el águila era
un animal solar para los griegos, hindúes y persas, un pájaro-dios, el ave real
por excelencia.
También
en la Biblia se hace referencia al águila, a las aves, al pájaro:
“Así
como el águila revolotea sobre el nido y anima a sus polluelos a volar, y
extiende sus alas y los levanta en vilo, y los sostiene sobre sus alas,
12.
así también el Señor los guió, sin la ayuda de ningún dios extraño.” (Deuteronomio
32:11-12).
“Con
sus plumas te cubrirá y con sus alas te dará refugio. Sus fieles promesas son
tu armadura y tu protección.” (Salmo 91:4.).
Y
con esta última frase concluyo estas reflexiones puesto que encierran en sí
toda la magia y el poder sutil que en un cuerpo aparentemente tan frágil, y en
ocasiones pequeño, ha querido encerrar la Sabiduría Divina. Una vez más en lo
aparentemente pequeño –que nos inspira ternura- podemos encontrar lo más grande
y fuerte, con lo cual no desdeñemos algo muy valioso y que tal vez no poseían
los dioses del Olimpo, y gran cualidad para un jupiterino o una persona con énfasis en Sagitario en su carta astral: la humildad.
Obras
consultadas:
-
Mitología griega y romana. J. Humbert.
-
Mitología clásica. M. J. Almagro Gorbea.
-
Astrología y religión en el mundo grecorromano. Franz Cumont.
-
Astrología y tradición. Colección la puerta.
-Diccionario
esotérico de la biblia.
-
Aprender y conocer la astrología. Salvat.
excelente escrito, muy interesante
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