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02 octubre 2016

Los ojos de los pavos reales – Recordando a Argos

Astrología para volar en la Tierra y las aves: mitos y símbolos que nos inspiran






Si algo tenían los antiguos griegos era una grandísima imaginación con el poder de crear y proyectar imágenes impactantes que pudieran hablar al inconsciente, a este mundo interno que ha recogido tantas experiencias sensoriales y entiende a partir de imágenes simbólicas. Las antiguas historias de mitología nos siguen sirviendo para ver algunas de nuestras tendencias proyectadas en los arquetipos, o tal vez reflejadas en los personajes algunas vivencias, aunque en grado muy intenso y exageradamente dramático, pero es una manera para que podamos ir perdiendo la vergüenza y la resistencia a aceptarlas en nosotros en diferentes grados de expresión. Al fin y al cabo hablamos de emociones como la rabia, la ira, el enfado, la frustración, querer vengarse y castigar, relaciones de víctima-maltratador; hablamos de celos, rivalidad, envidia, invasión de límites, dependencias. Todo esto bien por la educación o bien por autoexigencia de perfección tendemos a no tratar adecuadamente y a esconder sus manifestaciones en nosotros en lo más profundo de nuestra psique, llegando a tener miedo tanto a lo que está dentro de uno mismo como a lo que está afuera con el dolor que conlleva vivir esto en silencio y soledad.

Recientemente se pusieron directos Mercurio (el día 23 de septiembre) y Plutón. El primer planeta, nos centramos ahora en Mercurio de manera más extensa, está en relación con nuestro sistema nervioso y lo asociamos a las capacidades de aprendizaje, de expresión, y de comunicación, es uno de los planetas de la inteligencia (junto con Júpiter y Saturno), concretamente de la inteligencia verbal o auditiva, lo asociamos a la palabra.  La conjunción del Sol y de la Luna (a 8º de Libra) también se extendía aún a Júpiter (a 4º de Libra), que está más en relación con las imágenes, también hablaré de ello próximamente, estoy preparando un artículo acerca de este tema. En esta reciente Luna Nueva del 1 de octubre Mercurio estaba en quincuncio con Urano (Virgo-Aries). También el Sol y la Luna estaban en contacto con Plutón (D recientemente, el día 27 de septiembre), con Marte, con Neptuno y con Saturno. Vamos a ver si conseguimos en estas próximas 4 semanas aprovechar intuiciones, visiones, inspiraciones, revelaciones, combinar aprendizaje y experiencia práctica con la tecnología, poner nuestros conocimientos al servicio de la sabiduría e inteligencia divina para seguir sembrando semillas de Luz y colaborando en el proyecto de la Nueva Tierra, a través de la palabra y también de la imagen. ¡Escuchemos nuestras corazonadas!

Le dedicamos un pequeño espacio entonces a Mercurio y a uno de los personaje con quien mitológicamente se relacionó, Argos.

Creo que hemos constatado muchos esa capacidad mercurial (un Mercurio predominante en la carta astral y/o en mal aspecto cósmico), de poder “adormecer”, tanto con la palabra como con las manos, para bien podría ser un terapeuta excelente, para nuestro tormento un insistente comercial dispuesto a vender lo que sea o una persona excesivamente locuaz, parlanchina, o ya peor aún, charlatana e indiscreta.
Todos hemos sentido ese cambio de dirección de Mercurio por una u otra razón, casi siempre trae algo de confusión y de enredo, pero también puede traernos información importante, regalos para seguir aprendiendo y formándonos, oportunidades para seguir adquiriendo nuevas dotes de comunicación, etc. En la mitología además de ser locuaz, inteligente, elocuente, también era audaz y un hábil y atrevido ladrón. Fue ministro de Júpiter, intérprete y mensajero del Olimpo, donde hizo un poco de todo en cuanto a tareas, criado, espía, escanciador y hasta verdugo.






No sé si recordarán o conocerán al personaje Argos, que aparece en la mitología, el de los cien ojos, mientras que 50 permanecían en vela, 50 dormían, lo que nos da en conjunto una “visión absoluta”. Una vez le encargaron la custodia de una “prisionera” (es toda la fábula de la bella ninfa Io convertida en vaca, que ahora no vamos a relatar para no extendernos) y fue un trabajo que le llevó a la muerte, de manos de Mercurio precisamente que logró adormecerle –que obedecía al mandato de Júpiter-. El caso es que la esposa del adúltero Júpiter, reina de los dioses, Juno, por aprecio a Argos recogió sus 100 ojos y los diseminó por la cola del PAVO REAL de manera que su recuerdo fuera inmortalizado. El pavo fue un ave que se asoció a la virilidad, y la pava a la fecundidad femenina por los indios de Norteamérica. También es un animal que a pesar de su belleza extraordinaria nos recuerda estar pendientes de la vanidad, la ostentación y la arrogancia. El pavo real también es muy importante en la mitología hindú, aparece en una leyenda relativa a Indra, dioses vedas; también es la montura de Parvati, la esposa de Shiva, y de Skanda. El pavo real sostiene el trono de Amitaba. El pavo encarna la eternidad, la inmortalidad al ser capaz de digerir plantas venenosas y serpientes (miedos) sin morir, de ahí su poder de transmutación (aquí aparece la relación con la energía de Plutón –activa en esta Luna Nueva- y de Escorpio). En los ritos budistas sus plumas son utilizadas para alcanzar la pureza. En la India desde el año 1972 está prohibida su caza. En China y en Vietnam es símbolo de paz y de prosperidad. En la tradición cristina su cola evoca el cielo estrellado, también es signo de inmortalidad y, en ocasiones, aparece alguna figura en la iconografía occidental bebiendo del cáliz eucarístico. La beatitud eterna para el alma ante la visión cara a cara de la Divinidad. En el Medio Oriente aparecen a ambos lados (dualidad psíquica del hombre) de la representación del árbol de la vida.






Por otra parte, el caso es que Juno parece estar asociada en otra fábula también a temas de ojos y de visión, pero esa es otra historia interesante para otro día, como las que nos contaba Ovidio en las Metamorfosis. Ahora nos centramos en este quincuncio que decía más arriba formado durante la Luna Nueva entre Mercurio y Urano y que nos invita a trabajar nuestras capacidades sensoriales perceptivas, poniendo el énfasis en el Tercer Ojo.


Como en los seres humanos, vemos que se mezclan sentimientos duales tanto en Júpiter como en Juno, porque así también es la experiencia humana a través de la dualidad. Lo importante es que también, simbólicamente, podamos a nivel de conciencia ser como Argos, que algunos de nuestros ojos puedan descansar mientras que otros permanecen en vigilia, que nos permitamos relajar y estar en paz mental y emocional para que nuestra intuición y percepción se mantengan despiertas y en estado de lucidez.

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