Contemplar,
simplemente contemplar la manifestación de la Vida en el día a día nos
reconecta con la fuerza que genera las múltiples formas de nuestra realidad.
Formas que esconden a su vez múltiples colores según las energías que las
componen.
Cuando
conseguimos parar nuestras mentes y tan sólo contemplar la gran energía que
acompaña al crecimiento de un polluelo, por ejemplo, volvemos a conectar con
nuestro núcleo central, ahí se esconde el auténtico poder cuya emanación de luz
irradiante que se expande por todas nuestras células permite a su vez el
equilibrio de los organismos. La fuerza de la Vida sabe dónde actuar para
mantener el orden y la armonía.
En
medio, tantas veces, de situaciones de caos y de confusión, de miedos y de
sospechas, de circunstancias que nos causan incertidumbre, de excesiva acción por
nuestra parte en múltiples ocasiones, pararnos llega a ser prácticamente
imprescindible. Es en esa pausa en la que la contemplación me permite
regenerarme para retomar la rutina con nuevos colores en la mirada. Salir del
gris, y permitir al blanco inundar cualquier oscuridad. Un cielo despejado de
nubes y un Sol que inunda mi mirada y mi corazón, así es más fácil avanzar.
La
fuerza de los más pequeños recuerda en esos momentos puntuales a nuestros
corazones fatigados, solitarios o aburridos que a pesar de tanto afán y
voluntad, finalmente también hemos de permitir ser guiados e inspirados por la
creatividad que se manifiesta en la Naturaleza.
Es
tiempo de Cáncer. Nutrición y alimento, para el cuerpo, para nuestras almas.
Así
pues, contemplando esta imagen podemos cantar con el poeta Walt Whitman:
“No
dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
Sin
haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No
te dejes vencer por el desaliento.
(…)
La vida es desierto y oasis.
Nos
derriba, nos lastima,
Nos
enseña,
Nos
convierte en protagonistas
De
nuestra propia historia.
(…)
No dejes nunca de soñar,
Porque
en sueños es libre el hombre.
(…)
Valora la belleza de las cosas simples.
(…)
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas…"
(Versos seleccionados
del poema "No te detengas").
Qué bonito María José! Gracias por compartirlo. Un beso
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