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28 febrero 2012

Conviviendo con personas sensibles, bondadosas, intuitivas y artísticas

Puesto que el signo de Piscis pertenece al elemento agua, confiere a las personas nacidas bajo su energía un temperamento sentimental, dotes de persuasión y cierto magnetismo, si bien son personas sensibles y tienen una tendencia a dejarse arrastrar por un exceso de emotividad. Desde luego, esto último les puede llevar a vivir con un humor cambiante y caprichoso que, en parte, se puede deber a su receptividad y empatía, lo que las lleva a ser personas impresionables. Si quieres hacer feliz a un Piscis cuando tenga un mal día, no olvides esto último: en tus manos está la capacidad de ayudar a cambiar su humor, estará tan receptivo a la risa, al juego, a la felicidad como lo estuvo en el momento en que algo triste impactó y afectó a sus emociones. Tampoco creas que, si lo deseas, puedes hundir más a un Piscis porque le encuentres pasando por una mala racha. Recordemos que es uno de los signos mutables, y nada más aburrido que la rutina para Piscis. No se quedará hundido en un mar de lágrimas. ¡Por sus venas corre toda la fuerza del mar!
  
Todo esto no quiere decir que vayamos a encontrarnos en todas las personas Piscis con quienes nos relacionemos estos rasgos de manera inmediata. Estamos delante de una persona tímida que tiende a retraerse y, en todo caso, dependerá mucho de la edad. No es lo mismo un niño, un adolescente, un joven o un adulto, teniendo en cuenta además la madurez de la persona, cuánto se haya trabajado a sí mismo respecto a sus respuestas emocionales y la timidez en relación a las relaciones personales, por no hablar del grado de confianza que tenga la persona con nosotros. Por otro lado hemos de considerar también en qué medida las personas más cercanas y sus circunstancias y vivencias más tempranas han ido favoreciendo la expresión de un carácter emocional refinado o si más bien han obligado a la persona a irse inhibiendo, reprimiendo y cerrando como instinto de protección y de supervivencia en una sociedad que, en general, tiende más bien al hiperrealismo, una sociedad excesivamente práctica y crítica donde la ciencia y la tecnología promueven el rendimiento y la producción de manera excesiva. Tras múltiples capas quedará esa dimensión acuática de Piscis, las fuertes emociones, la apertura a lo espiritual, la inspiración artística, pero en muchos casos, para encontrar la esencia, o para que pueda brotar, será necesario un trabajo personal de autoconciencia y de introspección, incluso de terapia, de sanación. Si el medio y las personas que primeramente influyeron en el temperamento de una persona nacida bajo el signo de Piscis la han obligado a ocultarse bajo capas de respuestas emocionales controladas y dando muestras de escepticismo, será necesario hacer un trabajo de reconquista para la apertura y expresión del corazón. Toda esa vida interior llena de color y de magia pugna por hallar una brecha y salir, un campo de expresión.

Cuando el corazón de un Piscis está abierto, podemos entablar con ellos relaciones basadas en el amor y la compasión, la empatía y la comprensión mutuas, a tal punto que incluso un Piscis puede llegar a ser sumiso con la persona a quien ama. Piscis confiere a los nativos bajo su influencia una capacidad de entrega incondicional, de sacrificio, ya que se identifican con el objeto amado. Los regentes exotéricos de Piscis son Neptuno, que facilita la unión y comunión con todas las criaturas del Universo, y Júpiter, que transmite amor y sabiduría.

“Piscis es el reino de la metamorfosis y el de los encantos psíquicos. Es la crisálida eterna que no es nada y que, sin embargo, contiene todas las fuerzas del renacimiento, el mundo del éxtasis y el de las brumas eternas…”
(Dane Rudhyar, Zodiaco, El latido de la vida)

Cuando una persona nacida bajo este signo no está bloqueada en su expresión natural nos encontramos con una personalidad idealista que escogerá incluso profesiones vinculadas con el servicio a la comunidad, con la ayuda a otras personas desvalidas y necesitadas, de múltiples y variadas maneras.
Asociamos a este signo las cárceles, los hospitales, los manicomios, lugares de soledad, lugares de recogimiento, lugares de culto religioso, pero también todo lugar donde quedan recogidas personas marginadas y que necesitan de la asistencia de profesionales que, con amor e inteligencia, activarán los resortes internos que movilizarán en la persona sus recursos para adaptarse a la sociedad, activando su propia fuerza interior, sus dones y talentos, pero sobre todo, su deseo de vivir en plenitud.

Uno de los retos de una personalidad influida por este signo será conseguir expresar su propia individualidad, un gran trabajo no sólo porque nos exige introspección, interrogarnos, cuestionarnos, un deseo de encontrarnos con nuestro yo profundo, sino también porque nos pide cierto grado de aislamiento y soledad. Asumir que somos cada uno de nosotros seres únicos y autónomos nos conduce a evitar dependencias respecto a nuestros entorno, respecto a personas concretas, respecto a sustancias que nos puedan hacer vivir falsas ilusiones y con falsas seguridades, que nos ayuden a estimular nuestros rasgos de carácter más afirmativos. Hemos de dedicar tiempo y energía para conseguir una personalidad fuerte que sabe y se ejercita en salir adelante por sí misma, que busca y encuentra la seguridad en su interior, consiguiendo así vivir centrada. Somos una unidad, pero cada uno conservamos nuestra propia individualidad y originalidad propias.

Para Piscis será necesario aprender ciertas lecciones a propósito del uso de la energía del dinero. Cuando un nativo de este signo no está suficientemente evolucionado puede tener problemas con los recursos económicos. Por una parte, podemos encontrar a personas que viven por encima de sus posibilidades: la regencia de Júpiter les puede hacer exagerados y fantasiosos, ser víctimas de engaños o prestarse a engaños y embaucar a otras personas por su propio interés personal y egoísta. O bien vivir en la miseria, no dar ningún valor, no saber producir, conservar y utilizar adecuadamente sus recursos internos y los recursos económicos. Cualquier tendencia exagerada deberá ser llevada a un punto de equilibrio.

Porque al fin y al cabo esto es lo que desea Piscis, sentir paz, estar tranquilo, vivir en un mundo donde le entiendan, donde se hable el mismo idioma. Pero si durante un tiempo una persona nacida bajo este signo debiera aceptar la soledad será un período en el que podrá aprender a escuchar su Voz interior, recobrar la sencillez que promueve la Fe, en la Vida, en la Fuerza Creadora, en la fuerza impulsora de toda vida que es el Amor. Piscis ha de encontrarse consigo mismo y con su Creador.

“Piscis capta las vibraciones más sutiles, percibe como una unidad el misterio que enlaza todas las cosas o el vínculo que todo lo une y lo irradia con amor.”
(Bruno y Louise Huber, Los planetas, órganos de función)

En muchas ocasiones, las personas nacidas bajo este signo anhelan regresar a su origen divino, como menciono al principio, adaptarse a una sociedad pragmática donde los intereses principales son tan sólo el materialismo y la productividad no resuena con la energía artística y soñadora de la energía de este signo del zodiaco. Así pues, en muchas ocasiones surge el deseo de morir: disolución, desaparición de los límites y de las formas. Vida y muerte están profundamente unidas, principio y fin, lo viejo y lo nuevo, desaparece lo viejo y deseamos lo nuevo, aquello que nos permite progresar y continuar adelante. Se entiende, por tanto, el deseo de evasión de muchos nativos, la apatía, el desinterés por el presente, por las circunstancias actuales, por los esfuerzos orientados tan sólo a lo práctico y material, y de qué manera las personas con este carácter tienden a depender de otras personas hasta la total renuncia, o caen en dependencias de sustancias como el alcohol u otras drogas, como ya mencioné. Puesto que Piscis rige los pies y gracias a ellos podemos caminar, avanzar, indudablemente para que ello sea posible hemos de afirmarnos en nuestra voluntad de vivir. El regente esotérico de Piscis es Plutón, y nos conecta con cualidades como la Voluntad y el Poder. Si trascendemos la realidad y la materia, habremos encontrado la clave. Estamos hablando de elevación, de vivir en un mundo material sin ser esclavos de la materia. Abrirnos a la trascendencia nos ayuda a ser humildes, a vivir con la fe que otorga la inocencia de un niño, entregados a un poder superior que nos guía y nos libera. Y para recuperar la inocencia hemos de dejarnos purificar, purificar precisamente nuestros sentimientos y emociones. Piscis encaja en la estación del año en la que se producen los deshielos: el agua baja de las montañas lavando todo lo que en su descenso va encontrando. Nuestras emociones se purifican cuando elevamos nuestros pensamientos conectándonos con el Amor. Observando la Naturaleza en esta época nos damos cuenta de que palpita en la tierra nueva vida. A lo largo de las próximas semanas, durante la regencia de Piscis, según se acerca la primavera, vamos hacia una resurrección.

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