"La transcendencia es fundamentalmente la capacidad de infringir todos los límites,
de proyectarse siempre en un más allá".
(Leonardo Boff, Tiempo de transcendencia)
En
numerosas ocasiones es inevitable en las largas reuniones familiares hablar del
pasado, de las vivencias del pasado, una dinámica asociada a la Luna, que rige los recuerdos. Si
tomamos conciencia de esta dinámica y del tono que adquieren las
conversaciones, del ritmo peculiar que se activa –suele ser algo habitual,
repetitivo- podemos aprovechar para ampliar nuestras miras: Júpiter. Lo
importante es aprender (Mercurio), darnos cuenta de la inercia con la que nos
comportamos, tanto con nosotros mismos como en sociedad, en grupo. Quiero hacer
resaltar ahora la importancia de unas subpersonalidades, o arquetipos que suelen
activarse en estas típicas reuniones familiares, a cada uno las más importantes
para trabajar con ellas, debido a las emociones diversas que surgen contando
historias del ayer, inmersos en el mundo de la dualidad: rabia, frustración, victimismo, enfado, pena, nostalgia,
añoranza. No deja de ser didáctico,
pues aprendemos a repasar la fuerza que tiene nuestro “juez” interior en cuanto
al comportamiento de los demás, o del nuestro, cómo reaccionamos y nos
relacionamos desde complejos y carencias, y es momento de sanar, de liberarse,
para que sigamos sintiéndonos cada vez más sólidos y estables, en la energía
del triángulo hay todo un simbolismo y energía de sanación.
Pintura de Henri Lebasque |
Es
tiempo de ampliar nuestra visión y salir a la aventura, ir más lejos de donde
nos encontramos ahora, salir de la prisión en la que mantenemos a nuestro niño
interior –en la Casa IV, nuestro orígenes- y descubrir todo un mundo de
posibilidades desde el adulto responsable (diálogo Luna-Saturno), lo que
entendemos por nuestra vocación y metas –Casa X, asumiendo el propio potencial
y utilizando las herramientas y dones para
vivir con gozo, en paz, con poder, en nuestro centro de luz, sabiduría y amor
manejando la dualidad: amor-odio, alegría-tristeza, miedo-valor, etc.
No
sufrimos a causa de nuestro pasado, quedó atrás, no nos determina en el
presente, podemos sufrir dependiendo de cómo nos relacionamos con nosotros
mismos respecto a lo que nos ha ocurrido, y lo que nos está ocurriendo, por
supuesto. Con esta postura podemos ya hacer algo ahora, porque todo depende entonces
de nosotros aquí y ahora.
Por
supuesto que heredamos ese inconsciente familiar que nos ha sido transmitido
por la línea de los padres, y que está en el inconsciente colectivo, no hay que
sentirse culpable por ello (Sudheer Roche). En Astrología observamos las Casa
IV y X, la XII, la Luna, el Sol, Saturno rastreando información al respecto
para trabajar con ella en una consulta sanadora. Ahora cada uno es responsable,
no obstante, de elegir moldear la propia personalidad, y con las cartas que
trae uno para el juego de la vida uno elije lo mejor posible siempre, ahora,
aquí. En este aspecto la Consulta de Carta Astral nos aporta mucha información como herramienta al servicio de la evolución.
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