Meditando en la
energía y simbolismo del octaedro
Platón atribuyó la forma del octaedro al
elemento aire, ya que el aire sigue
al fuego, el octaedro sigue a la piramidal por su facilidad para el movimiento.
El octógono está presente en la construcción
de todos los edificios templarios, también lo encontramos en el edificio de la
Torre de los Vientos, en Atenas, ya que es de planta octogonal. También en algunas
Catedrales aparece un octógono, por ejemplo:
Francia: Catedral de Notre Dame de Senlis; laberintos
en forma octogonal: Catedral de Reims, Arras, Catedral de Amiens.
Reino Unido: Catedral de Ely, Catedral de San
Nicolás de Wells.
En la ciudad de Goya, en Argentina,
encontramos que la cúpula de la iglesia La Rotonda se apoya sobre un octógono.
El octógono simbólicamente representa un nexo
entre el cuadrado y la curvatura de la esfera, tenemos así la unión Cielo-Tierra, lo celeste y lo
terrenal.
El octógono es un patrón que duplica la fuerza de cohesión (el Amor –Venus- es una fuerza de cohesión
-la polaridad de la búsqueda-, siendo Urano una energía que nos desea unir por
solidaridad, la unión fraternal lejos de convenciones o compromisos. Neptuno, rige
el Amor infinito, el amor universal, y materializadora,
que corresponde con Saturno, del cuadrado -la Tierra y sus cuatro elementos o
cuatro puntos cardinales; los cuatro humores) y que nos proporciona ampliamente
la fuerza y el gran poder de la cosecha, del reconocimiento
y de la expansión (llegando así a
Plutón que nos otorga la conciencia de que somos una parte del gran ser, la
unión con la Esencia Eterna).
Es un arquetipo espiritual que permite un
camino hacia nuestro interior, nos proporciona amplia armonía (Libra), supone la amorosa energía maternal (Luna) y la fuerza necesaria, o disciplina (Saturno), para
trascender el sufrimiento y transformarlo en felicidad (Júpiter).
Este arquetipo nos permite alcanzar un nivel
mayor de lucidez, sinceridad, verdad para resolver los conflictos de dualidad.
Alcanzando así la autenticidad.
En todo proceso de dolor en el que aparece
conflicto apoya alcanzar el perdón
sincero y el consuelo.
Su utilización en Astrología a la hora de
establecer los aspectos o relaciones angulares entre los planetas:
El número 8 es dos veces 4.
El
número 4 es dos veces dos. El número 2 es polaridad, complementariedad y
conflicto. Debido a estas fuerzas en tensión nos vemos obligados a despertar
conciencia, al menos hay una llamada a través de la presión al despertar, por
tanto surge interiormente un impulso hacia la reflexión sobre uno mismo. El número
4 es resistencia, materia.
Por
tanto cuando llegamos al 8 tenemos Polaridad + Resistencia.
En
Astrología tenemos dentro de la familia de aspectos basados en la división del
círculo por dos la oposición, la cuadratura, la semicuadratura y la
sesquicuadratura. La conciencia ha de hacer un esfuerzo para buscar el punto de
equilibrio entre fuerzas internas que se dirigen en direcciones opuestas, o en
direcciones que nos requieren un empeño y voluntad concentradas para conseguir aliarlas
y armonizarlas debido a connotaciones de incompatibilidad entre ellas,
produciéndose de ello un empuje a la acción y al dinamismo.
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